martes, mayo 19, 2009

Semblanza del General José María Obando

SEMBLANZA DEL GENERAL JOSÉ MARÍA OBANDO

Por Sandra Liliana Guerra

Mi propósito en este breve bosquejo de la vida y pensamiento político del General J.M. Obando no es otro que el de sumergirme apenas sobre la superficie en la comprensión de la vida de un político y militar que, a pesar del pensar de muchos, tuvo una trascen­dencia muy significativa en la Historia de Colombia en el siglo XIX. No es extraño para los entendidos en la historiografía nacional, que si ha habido una época en la vida de la República de Colombia en la que no hay que hacer mucho esfuerzo para identificar y señalar héroes y villanos, esa época es la que corresponde al período decimonónico. Cuando hacemos referencia, así sea breve, a la leyenda y el heroísmo de nuestros compatriotas nos toca posar nuestra mirada primero en la época independentista nacional y luego, obligadamente, en la época de la república. En ese entonces a la par que identificar a nuestros ‘héroes’, hay que mostrar también la impronta que dejaron algunos personajes que han pasado a ser para nosotros, una especie de demonios sin los que la vida de la nación no hubiera tenido esa atmósfera de misterio y un no se qué de maravilloso.

El ilegítimo aristócrata General José María Obando todavía es para muchos –y en especial para los estudiantes que han recibido las enseñanzas de Historia en la secundaria de docentes poco interesados en la profundización- un sospechoso y estigmatizado personaje histórico que planeó con sangre fría y a conciencia, el asesinato del insigne héroe de Ayacucho, el General Antonio José de Sucre. Para quienes recibimos esas enseñanzas en la secundaria y no nos detuvimos a cuestionar a nuestros profesores al respecto, la visión de esa historia en la que unos –los apreciados por los historiadores— son héroes y otros –aquellos poco afectos a su sentir— son villanos y criminales, nos parece hoy que dadas las circunstancias del mundo actual, hay que repensar esa historia y poner las cosas en el lugar que les corresponde. El insigne doctor Charles Van Doren[1] dice que la historia de la humanidad es la historia del progreso y desarrollo del conocimiento humano y no trata de hechos protagonizados por individuos o naciones. En este orden de ideas, al rememorar algunos aspectos de un insigne colombiano como lo fue el general José María Obando, lo que hacemos en verdad es mostrar como crecieron las ideologías y el pensamiento político colombiano hacia la mitad del siglo XIX.

Al comienzo del proceso independentista, el general Obando fue un declarado defensor de los intereses de la corona español y un poco más tarde, un carismático defensor de las negritudes de la región del río Patía. Como profundo conocedor de la idiosincrasia de los siervos de las grandes haciendas del Cauca, supo manejarlos con gran tacto y con ello ganarse su simpatía atesorando una clientela política que sería su haber en el futuro. La comunidad de negros cimarrones veía en las fuerzas independentistas patriotas una real amenaza para su forma de vida y un arma en manos de una clase criolla esclavista y dominante. El futuro líder militar organizó como fuerza de ataque y en formación de guerrilla a esos campesinos para auxiliar a las tropas peninsulares. No obstante, como buen ladino que era, cuando vio que los ejércitos republicanos alcanzaban paulatinamente triunfo tras triunfo, se las amañó para hacer contactos con oficiales patriotas y así evitar represalias contra sus hombres. Enseguida los convenció para que se unieran a las tropas del Libertador. Corría el año de 1822. Su primar tarea como nuevo oficial fue, precisamente, exterminar los últimos reductos de las guerrillas que él mismo había organizado. En esta acción mostró su liderazgo como estratega y su capacidad de persuasión: a las buenas o a las malas.

Entre 1824 y 1828 hizo amistad con lo más granado de la oficialidad patriota, a la par que se ganaba la enemistad y el odio de algunos acendrados partidarios de Bolívar como don Tomás Cipriano de Mosquera y Juan José Flórez. Éste último fue, para nuestro personaje, el autor intelectual del asesinato del mariscal Sucre. Cuando el héroe fue inmolado en las montañas de Berruecos, Obando fue acusado de ser el autor del magnicidio. El libro “Episodios de la vida del general José María Obando” es una defensa acérrima del general caucano y un documento en el cual muestra con su verbo y su palabra que sus enemigos políticos, especialmente los arriba nombrados Mosquera y Flórez trataron vanamente de endilgarle el muerto, cuando él no tenía para nada velas en ese entierro.

El libro se divide en tres partes. La primera es una serie de 56 artículos escritos en el “Comercio” de Lima, periódico que le abrió su imprenta para darle oportunidad de enfrentar a sus opositores y acusadores. Ya antes el general Obando había escrito en Lima sus famosos “Apuntamientos para la historia” en los que pone al descubierto –desde su punto de vista— a los verdaderos asesinos de Sucre, un tal Apolinar Morillo quien fue el autor material, y el mismísimo Flórez, autor intelectual, quien según nuestro protagonista era el más beneficiado con la muerte del Mariscal de Ayacucho. No obstante, estos “Apuntamientos” no fueron suficientes para limpiar de toda culpa a Obando y por eso sus artículos en el “Comercio”.

Se trata de verdaderas muestras de prosa política y jurídica, escritas en un lenguaje claro –aunque en ocasiones matizado de hechos que confunden al lector porque hacen referencia a situaciones sólo conocidas por los protagonistas de ese entonces y que nada añaden a la realidad histórica de la defensa que se hace— y bastante enérgico, quizá debido al malestar de Obando por endilgarle un crimen que no cometió y que en nada beneficiaba su futuro político. Queda en la atmósfera una duda –para los profanos de la historia política de Colombia— y es que la narración de algunos sucesos debió hacerse con más aclaraciones de pie de página para así poder hilvanar mejor la secuencia de los hechos.

La segunda parte del libro es el documento escrito por Manuel Cárdenas, en el que se trata de mostrar que los mismos acusadores resultan ser acusados por sus mismos escritos. Se hace una vehemente defensa de Obando apelando a los documentos que blandieron los acusadores –Mosquera, Herrán y Flórez—para achacarle el crimen de Berruecos a nuestro personaje. A mi me pareció un documento muy bien logrado, juicioso, reflexivo y muy detallado. Una verdadera investigación de un perito en leyes y en cuestiones legales.

La última parte nos muestra varios episodios de la vida del general Obando en su viaje –casi expatriado— de Colombia al Perú. El documento es una defensa muy bien lograda –según la forma de hacerlo de la época— del acusado del asesinato de Sucre. Está escrito en forma de libro de bitácora y por eso mismo tiene un interés como si se tratara de una aventura a lo largo del Amazonas y del Marañón. Y logra en parte su propósito: poner de manifiesto que el general Obando de ninguna manera podría haber sido el temible asesino del querido mariscal Sucre.


[1] Van Doren, Ch. Breve historia del saber. Bogotá: Planeta. p. 20. 2008