miércoles, mayo 20, 2009

Miguel Antonio Caro: su personalidad política

MIGUEL ANTONIO CARO: SU PERSONALIDAD POLÍTICA

Por MARÍA PAULINA ACEVEDO LIZARRALDE

OBJETIVOS

· Analizar los diversos aspectos de la vida de Miguel Antonio Caro.

· Contrastar las diferentes tesis que surge entorno a la vida política de Miguel Antonio Caro.

· Identificar las verdaderas políticas de Miguel Antonio Caro.

· Analizar los diversos aspectos del gobierno de Miguel Antonio Caro.

INTRODUCCIÓN

Miguel Antonio Caro: su personalidad Política, fue un libro escrito por Guillermo Torres García, donde se muestra una faceta distinta de Caro, una faceta política, que a los a lo largo de 16 capítulos se desarrollan, basándose primordialmente, en el espíritu político a lo largo de su vida.

Torres García en el desarrollo de su tratado, plantea que la personalidad política de Miguel Antonio Caro ha sido deformada, y por motivo de ello existen diversas corrientes de opinión, una de ellas afirman que Caro "no fue un político" y otras, por su parte, sostienen que el fue "un mal político". A estos criterios se ha llegado por una errada noción de política.

Dice Torre, que por ello hay que tener presente que la política es un campo complejo y difícil que exige meritos, en el cual solo pueden ser llamados políticos, los hombres que demuestran con sus obras haber correspondido a tan eminente función.

También, Torres distingue entre Político Auténtico (el que se ocupa de los negocios de Estado y de la conducción de hombres y naciones con las dotes de honradez, ilustración y habilidad que este ministerio reclama) y Politicastro (el que se entromete en los negocios públicos acompañado ordinariamente de gran vanidad y casi siempre movido por intereses personales). Caro seguramente no perteneció a este gremio.

El libro de Torres García quiere demostrar precisamente que perteneció con todos los honores al de los políticos auténticos y al del verdadero político, incluso muchos han llegado a considerarlo el más importante de los ideólogos de la constitución de 1886.

En el siguiente trabajo, se analizaran los aspectos más importantes tratados en el escrito de Torres García, tales como su iniciación en la vida pública, su personalidad política y los diversos aspectos de su gobierno. Trataremos, además, el pensamiento de Miguel Antonio Caro y su faceta como ideólogo de la constitución de 1886.

PEQUEÑA SÍNTESIS SOBRE MIGUEL ANTONIO CARO

Político y escritor colombiano. Fundó y fue director del diario El Tradicionalista. Dirigió la Academia colombiana de la Lengua. Participó en la redacción de la constitución de 1886 y ejerció como diputado y presidente del consejo de Estado y como vicepresidente (1892) y presidente de la República (1894).

Tras abandonar la política, se dedicó a la literatura: es autor de una Gramática de la lengua latina (en colaboración con R.J. Cuervo, 1867), de ensayos (Tratado sobre el participio, 1870), de traducciones (Horacio, Tibulo, Catulo, Virgilio) y de poesías.

INICIACIÓN DE SU VIDA PÚBLICA

Carlos Perozzo en el libro Forjadores de Colombia Contemporánea, se refiere a la iniciación de la vida pública de Caro como un gran suceso, según este autor, Caro inicia su vida política en 1868, en un ambiente de grandes tensiones, con el afianzamiento del radicalismo en el poder del Estado de Cundinamarca, con la oposición de los liberales mosqueristas y conservadores adoptando un juego político que les permitía aclimatarse en el gobierno, aceptar el nuevo orden de las cosas y contribuir eficazmente a moralizar la administración, con una firme expectativa de unión para salvar “la república del naufragio de la amenaza”, pero también con el peligro de que el “sapismo”, que era un circulo que había nacido con la federación, para corromper el sufragio y explotar un provecho particular la administración pública, esto, según Marco A. Díaz Guevara, estudioso de la vida y obra de Miguel Antonio Caro, intento impedir la posesión del doctor Ignacio Gutiérrez Vergara, que había resultado elegido para la gobernación de Cundinamarca. Pero gracias a los esfuerzos del general Herrán y del Presidente de la República, se logro salvar de aquel obstáculo que produjo en su momento un ambiente peligroso.

Ahora bien, Torres García en esta sección, comienza por los primeros escritos periodísticos de Caro en 1864 y por su primera aparición en la Cámara de Representantes a los veinticinco años de edad.

Remitiéndonos nuevamente a Perozzo; Caro se encontraba allí, en medio de aquel ambiente en el que la debilidad del gobierno de Cundinamarca era patente debido al escaso respaldo militar con que contaba el gobernador Gutiérrez Vergara. Una de las primeras intervenciones de Caro en el congreso está basada precisamente en este particular deseo de conseguir respaldo efectivo al gobierno.

Por otro lado, se menciona la organización del partido católico, que es sin duda la primera empresa política de Caro, que completada felizmente con la fundación de El Tradicionista o por otros autores también llamado el Tradicionalista, en 1871, órgano del partido católico, del cual fue redactor, desde donde dejo de sentir su voz contra el gobierno liberal triunfante.

Con el Tradicionista, Caro obtuvo una posición singular en la política colombiana, hicieron de él uno de los conductores políticos mas autorizados y conquistándole desde entonces la legítima y obligada jefatura del futuro partido nacional que el porvenir reservaba para cuando Núñez desaparecía de la lucha política.

Alcanzo gran popularidad entre sus compatriotas, que lo consideraban como uno de los políticos más honrados e inteligentes.

Llego a la Cámara de Representantes por Cundinamarca, como suplente de Rafael Arboleda, considera Isabel Hernández que en este momento dio muestras de su entereza y rectitud al apoyar el partido que no era de sus simpatías en la aprobación de una ley de orden público, que propendía a estabilizar la paz.

Pasado el tiempo, subió a la presidencia Rafael Núñez, con su programa de centralización política y descentralización administrativa, llama a Caro a colaborar con su gobierno como Director de la Biblioteca Nacional.

Terminada la guerra civil de 1885, Caro fue nombrado delegado por Panamá que había de expedir la nueva constitución.

Finalmente fue Caro quien redacto la Constitución 1886, llegándolo a considerar muchos autores, por tanto, el padre de la misma. Con dicha constitución se restablecieron las relaciones entre la iglesia y el Estado y se reorganizo la nación con un sistema central y de unidad que aseguro la paz y el orden de la república.

Fue nombrado así Presidente del Consejo de Estado.

Fueron sus convicciones religiosas, más que sus inclinaciones políticas, las que lo impulsaron a fundar partido y periódico.

En su periódico El Tradicionista, 1872 a 1876, Caro se revela como un formidable político. El fruto de su talento es sin duda la constitución de 1886. "Frívolo y superficial es aquel criterio que no reconoce en Caro sino un letrado exclusivamente", dice Torres García.

Y añade más adelante: "Negarle a Caro sus dotes políticas, es no conocer ni su vida ni su obra o ignorar en absoluto lo que realmente debe entenderse por hombre de Estado".

Caro es estadista porque tuvo una concepción política muy determinada, porque realizó una obra, porque sirvió al Estado con abnegación y desinterés, porque en la lucha mostró cualidades de fundador y continuador.

En síntesis, el primer año de Caro en el Congreso fue muy activo, mostrando ante la opinión pública una faceta que no se le conocía, como que su fama era de literario y humanista. Fue así como intercedió a favor de proyectos educativos y culturales y por el restablecimiento de las relaciones entre la iglesia y el estado, todo ello sumado a la idea de la nueva constitución, la de 1886.

Concuerdan y equiparan muchos autores a Caro con Pío IX, con León XIII, con Napoleón, con Tallcyrand, con Mettcrnich, con Cavour, con Bismarck, con Disraeli, con Gladstone, con Cánovas del Castillo, con Leopoldo II de Bélgica, con Jefferson y con Lincoln.

En lo nacional, está a la altura de Santander, Mosquera, Murillo y Núñez.

PERSONALIDAD POLÍTICA

Caro no puede considerarse como un conservador sino como un socialista, dice Torres García.

Miguel Antonio Caro es una gran figura de la política colombiana a quien la historia no debe en rigor colocar dentro de ninguno de nuestros partidos tradicionales.

Con dos hechos históricos pretende Torres García probar el conservatismo de Caro, la organización del partido católico y su adhesión al partido nacional, reconociendo que, entre los años 1864-1885, estuvo afiliado al partido conservador.

Muchos autores, piensan que el conservatismo de Caro, que no era el de su padre ni el de Mariano Ospina Rodríguez, era una fuerza política al servicio de una causa religiosa y nacional, por lo que no se logra ver contradicción alguna en que Caro fuera simultáneamente conservador, católico y nacionalista.

En el centro de publicaciones de la Biblioteca Virtual de Cervantes, un autor, respecto al tema considera que en ello existe una contradicción en cuanto a lo expuesto por Torres García, acerca del conservatismo de Caro, y considera que Torres García no ha entendido lo que Caro sí entendía al decirse conservador.

El autor anónimo, piensa que el más grande desacierto de Torres García está en traer como prueba de su afirmación un testimonio del enemigo político que tuvo Caro.

En cuanto al supuesto socialismo de Caro, el autor mencionado anteriormente, considera como otro desacierto total de Torres García. "Mas el factor de mayor importancia que se encuentra en Caro al estudiarle por este aspecto político, es su evolución en cuestiones económicas y sociales, hecho que le aleja en estas materias de la ideología de los conservadores colombianos".

Y posteriormente, "Si al señor Caro se le sigue con atención en todos sus escritos políticos y económicos, se descubre que desde el año 1890, o sea después de expedida la nueva constitución y antes de haber ejercido la presidencia de la República, ya se había iniciado en él una determinada orientación socialista".

Considero y estoy de acuerdo con dicho autor, que Torres García al hablar de socialismo se atiene al sentido específico del término, y es aquí donde no se puede aceptar su punto de vista.

Que "los conservadores, al igual que los liberales, eran adictos al individualismo capitalista; ambos partidos defendían la libertad económica, la iniciativa privada, la libre empresa; y ambos eran, por tanto, adversos al intervencionismo de Estado", es cosa cierta, sin duda, si se trata de otros tipos de los conservadores formados. Pero el caso Caro es bien distinto, él no era un liberal en ningún sentido.

Hablar de socialismo en Caro es un desatino, pero el mismo Torres García parece comprenderlo, al decirlo en la siguiente afirmación: "...está bien claro que cuando he hablado de socialismo en relación con el señor Caro, no me he referido al socialismo condenado por la Iglesia, sino a las formas de acción económica y social que los Sumos Pontífices (como León XIII, Pío XI y Pío XII principalmente) han explicado en diversas encíclicas y otros documentos, en los cuales se encierran los principios sociales católicos".

PENSAMIENTO

La característica central del pensamiento de Caro es su defensa inquebrantable de la idea de hispanidad.

No era ciertamente el primero en asumir esta tarea en Colombia. Pensadores como Sergio Arboleda intentaron antes que él un rescate del legado colonial español, bajo el argumento de que la religión católica no se contrapone a la idea moderna de libertad.

Arboleda respondía de este modo a las fuertes críticas del pensador liberal José María Samper, para quien el catolicismo era justamente el principal obstáculo a la liberalización material y espiritual de la nación. También el padre de Caro, José Eusebio, había soñado con una síntesis entre catolicismo y liberalismo.

Pero las ideas de Miguel Antonio iban más allá de lo que estaban dispuestos a aceptar su padre y el mismo Arboleda. Lo que él buscaba no era sintetizar lo mejor del catolicismo y el liberalismo, sino el retorno incondicional a la forma de ser hispánica, que no se limitaba únicamente a la práctica de la religión católica, sino que abarcaba todos los aspectos de la vida del hombre.

DIVERSOS ASPECTOS DE SU GOBIERNO

El Prestigio de Caro con el pasar del tiempo, crecía día a día, y sin la menor iniciativa de su parte, por voto popular, fue electo Vicepresidente de Colombia. Por ausencia de Núñez, se encargo del gobierno, y al fallecimiento de este ocupo la presidencia.

A pesar de sus virtudes y de su solida preparación, el gobierno no tuvo “gran

Brillo”. Después de 10 años de paz, estallo la revolución contra su gobierno, pero este logró restablecer el orden, dando pruebas de su respeto a las garantías sociales y a la Constitución que él mismo había formulado.

La administración Caro no se caracterizó por un empeño a favor del desarrollo económico nacional, dada "la imposibilidad de arbitrar recursos suficientes para el fomento de la economía nacional".

Sin embargo, en este campo de lo económico hay que reconocer que Caro "manejó el papel moneda con prudencia y visión", hizo un valioso esfuerzo por reconstruir el Banco Nacional y logró un buen arreglo con los acreedores extranjeros.

La verdadera meta del gobierno de Caro fue la estabilización de las instituciones colombianas. Y esta realización representa el éxito de todos sus objetivos políticos, porque la estabilización de las instituciones no sólo fue la victoria de las ideas que él había sustentado años antes en la prensa y consignado luego en la constitución de la República, sino también la de su obra misma constitucional y la de su programa de gobierno.

De modo que Miguel Antonio Caro triunfó en su triple aspecto de publicista, de legislador y de gobernante.

En el libro de Torres García, se finaliza, concretando los cuatro principios estructuradores de la constitución política de Colombia, tal como la concibió y la impuso el Caro:

“1) La República unitaria y no república federal. 2) Centralización política con descentralización administrativa y no descentralización administrativa y política. 3) Régimen presidencial y no sistema parlamentario. 4) Régimen concordatario y no separación de la Iglesia y el Estado".

Principios que impuso e impulsó Miguel Antonio Caro en la constitución e 1886.

IDEÓLOGO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1886

Caro es considerado uno de los intelectuales más grandes que ha tenido nuestro continente, y quien es considerado, con toda justicia, como el más importante de los ideólogos que dieron forma a la Constitución de 1886.

Con su notable inteligencia, Caro fue quien con mayor empeñó lucho por la consagración de principios como el carácter confesional de Estado, y la centralización extrema del poder en la presidencia de la República, figura que se ha dicho, Caro quiso aproximar a la de una monarquía. Pero a la vez, no se puede negar o despreciar su descomunal inteligencia, en la lectura de las actas del Consejo Constituyente de 1886, lectura en la que puede percibirse a Caro como un lúcido jurista, capaz de percibir y señalar desperfectos estructurales o normativos.

Cabe recordar, como hecho muy representativo del excesivo centralismo, que Miguel Antonio Caro, hombre confiado por propia decisión al entorno sabanero, represento en el consejo Constituyente al Estado Soberano de Panamá.

Todas las constituciones nacionales de Colombia tenían como comienzo alguna declaración de índole religioso, y en algunas de ellas la religión se convirtió en elemento central del orden de normas.

Casi sin excepción, las constituciones regionales promulgadas luego de los gritos de independencia fueron estrictamente confesionales.

Las constituciones de Cundinamarca de 1811 y 1812, declaran que la religión católica es del Estado, y prohíben de manera terminante cualquier otro culto, ya sea público o privado. La constitución de Mariquita, de 1815, va por la misma vía, al igual que la de Cartagena.

En la Constitución de 1886, la religión tenía un papel que iba mucho más lejos de una mera invocación inicial. Para empezar, la constitución le asignaba un credo religioso a la nación Colombiana, y se ordenaba a los poderes públicos protegerla y hacer que fuese respetada.

Todo esto, para mostrar que Caro tenía fuertes creencias religiosas, lo que lo llevo a crear una constitución que se fundara en los valores de la religión católica, y teniendo una noción básica de la nacionalidad se remitía a la comprobación de que en Colombia sólo la lengua española y la religión católica unían a una población extremadamente diversa.

CONCLUSIONES

Aparte de su innegable capacidad para los asuntos de Estado, son de admirarse en Caro los rasgos sobresalientes de su personalidad política, porque él se mostró fuerte en su carácter, elevado en sus miras, leal con sus principios, serio en sus procedimientos, firme en sus decisiones, poderoso en la dirección de su partido político y fuerte en sus campañas periodísticas. Pero, sobre todo, Caro aparece como un gran patriota.

Su profunda convicción de que los principios por él profesados constituían la mejor forma de gobierno practicables en el territorio, los llevo a considerar que las demás corrientes de opinión no eran organismos o colectividades con ideas y fines propios, que no eran partidos políticos, sino facciones anárquicas y revolucionarias.

Uno de los logros más importantes del Gobierno de Caro fue el uso constante de las leyes para crear la base de la constitucionalidad colombiana (recordando que él fue el artífice de la Constitución de 1886).

Caro supo usar la legalidad a su favor, conocía bien la Constitución, es por eso que a mi juicio este es uno de los logros más importante, ya que logró afianzar el “status legal del país”.

BIBLIOGRAFÍA

Arizmendi Posada, Ignacio, Presidentes de Colombia 1810 – 1990. Ed. Planeta Bogotá, 1989, 321 págs.

Hernández Norman, Isabel Miguel Antonio Caro: Vida y Obra. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1968, 122 págs.

Torres García, Guillermo, Miguel Antonio Caro: Su personalidad Política. Madrid, Ediciones Guadarrama, 1956, 258 págs.

Perozzo, Carlos. Forjadores de Colombia Contemporánea. Ed. Planeta, Bogotá, 438 págs.

Vergnaud Mejía Andrés. Diario Ámbito Jurídico. Temas Contemporáneos. La Religión en la Constitución de 1886. Bogotá. Marzo 30 al 19 de Abril de 2009.

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