martes, mayo 19, 2009

Don Sergio Arboleda: ejemplo de hombre integral

DON SERGIO ARBOLEDA: EJEMPLO DE HOMBRE INTEGRAL.

Por David Mauricio Avendaño Ariza

Don Sergio Arboleda, más que un colombiano universal es una persona ejemplar. En un breve recorrido por su vida, nos mostrará, como una persona integra llena de valores cristianos y morales sabe hacer lo correcto en las épocas agitadas del siglo diecinueve, hasta llegar a convertirse en uno de los personajes más destacados de su tiempo.

Naturalmente al pensar en Sergio Arboleda suele llegar a la mente la imagen de nuestra joven universidad, la cual en poco tiempo ha logrado tener un reconocimiento institucional y gran nivel educativo, por otro lado una cantidad menor de personas piensan en un ilustre payanés al cual le tocó vivir las agitadas épocas del siglo diecinueve en Colombia, destacándose como una buena persona, excelente jurista, profesar de derecho constitucional además de gran estadista y político

Entorno y Antecedentes

La ciudad: Popayán también conocida como la ciudad blanca es una ciudad ubicada en el hoy departamento del Cauca, gran conservadora de las costumbres de los españoles las cuales se dieron durante la colonia, fue fundada en 1536 por Juan de Ampudia quien cumplia una orden de Sebastián de Belalcázar, sus calles tienen forma de cuadrícula (típico de los españoles), lo que permitió su rápido desarrollo económico primero en base a la agricultura (el cultivo de quina) y luego en la minería (especialmente la extracción del oro), para cumplir con dichas labores llevaron a la ciudad y a sus haciendas circundantes negros del África. Popayán adquirió también gran importancia por estar en el recorrido que unía a España y las ciudades ubicadas en el caribe con el Perú y con Quito.

La independencia: El inicio de la independencia, al producirse el evento del veinte de julio de mil ochocientos diez, varios notables payaneses (gentilicio de la gente oriunda de la ciudad blanca) como Francisco José de Caldas, Miguel y Manuel de Pombo, Camilo Torres entre otros, ayudan en los oficios de la primera república. Dicho movimiento se muestra en el Cauca en el año de mil ochocientos once cuando el capitán Antonio Baraya junto con un contingente de soldados patriotas es enviado a proteger la ciudad de los realistas que buscaban asegurar la provincia de la misma. Sin embargo los esfuerzos del Capitán Baraya fueron insuficientes pese a ganar la batalla de Palacé, de modo que en 1813 aprovechando que el dieciséis de julio El Congreso presidido por Antonio Nariño proclamo la libertad total de Cundinamarca, José Maria Espinosa observando que Popayán estaba a punto de ser rodeada pidió auxilio, tal situación obligo a Nariño (ahora en el papel de general) a marchar hacia el sur a defender la independencia con tan mala suerte que en el combate de los ejidos de pasto su ejercito se confunde , se dispersa y es derrotado. Nariño se ve obligado a entregarse y fue enviado como prisionero a Quito.

La familia Arboleda: José Rafael Arboleda (padre de Sergio y de Julio) heredero de una acaudalada familia además de ser un notable hacendado y empresario, no tuvo ningún problema para unirse a la causa libertadora convirtiéndose en un notable prócer. Lastimosamente la empresa libertadora de mil ochocientos diez fracasó y como consecuencia de ello en el año diecisiete don José se ve obligado a refugiarse en Timbiquí junto con su esposa Matilde Pombo (mujer cartagenera con la cual se había casado un año antes). Durante dicho refugio nace Julio (hijo primogénito del matrimonio) y la familia solo puede regresar a Popayán en el año de mil ochocientos veinte. Sergio nacerá el once de octubre de mil ochocientos veintidós.

La amistad de con Bolívar: Siendo la familia Arboleda de naturaleza criolla, amante de la libertad, de la liberación y de la independencia, fueron seguidores irrestrictos de las ideas del Libertador Simón Bolívar, en ese orden de ideas en el paso del Libertador por tierras caucanas rumbo a las campañas independentistas pusieron todos sus mejores esfuerzos al servicio de tan noble causa personalizada por Bolívar, de orden personal recibiendo y atendiendo sus instrucciones, claro también ofreciéndole un hospedaje por lo alto, haciéndolo sentir de la mejor manera, y finalmente poniendo también a su disposición su hacienda, sus recursos económicos, sus esclavos como soldados del ejercito. Atención que Bolívar agradeció profesando por la familia Arboleda un sentimiento de amistad entrañable, casi filial.

Años de niñez y juventud: don Sergio al igual que don Julio en épocas de niñez fueron criados dentro de los refinamientos de la época, pero a la par conocieron la vida del campo, al ser dueños y herederos de haciendas dedicadas a la agricultura y a la ganadería, en las cuales vivieron algunos años de su infancia. Don Julio, algunos años mayor que su hermano, acompañó a su padre en una correría por Europa, allí mas específicamente en Londres fue internado por su progenitor para que recibiera instrucción académica de la más alta calidad, destacándose como un excelente estudiante, llegando a dominar con gran solvencia y perfección el idioma inglés, igualmente tuvo don Julio la oportunidad de recibir educación en Italia, es necesario señalar que durante la estadía de don Julio en Europa, su padre José Rafael Arboleda fallece en el viejo continente a causa de problemas de salud estomacal adquiridos durante la guerra.

Don Sergio, vivió cerca de su madre, y recibió su educación en nuestras tierras, fue su instructor y profesor más importante el señor Manuel María Luna, de origen indígena, el profesor más destacado del Cauca, quien aparte de ser el educador de don Sergio, fue fundador de colegios y escuelas, instructor de los mas notables caucanos de la època, a la par de recibir enseñanzas del referido señor su madre a través de la lectura de obras de notables hombres y héroes. Cumplidos sus 14 años don Sergio entra a la Universidad del Cauca donde adelanta sus estudios de derecho, dicho claustro contaba con notabilísimos docentes entre ellos Rufino José Cuervo, Lino de Pombo, Manuel José Mosquera. Don Julio a sus diecinueve años regresa y se matricula en la misma institución, construye una casa cerca al lar paterno y contraes nupcias.

Es época de guerras, y los Arboleda como patricios y defensores de la causa de la libertad no podía ser ajeno a estas circunstancias, Julio participa en la guerra de los supremos bajo el mando de su tío el General Mosquera, contra José María Obando, quien organiza guerrillas y forma un ejercito y que logra causar insurrecciones en las haciendas, asalta la Universidad el Cauca. Don Sergio participa como soldado voluntario en la Guerra Federal de 1840-41 en defensa del gobierno legal del presidente José Ignacio de Márquez, allí conoció los padecimientos y sufrimiento de los soldados de a pie. Los ejércitos de Obando destruyen la casa de don Julio y asaltan la hacienda Japio de propiedad de los Arboleda; finalmente la guerra termina los generales Mosquera, Flores y Herràn consiguen derrotar a los revolucionarios y poner en fuga a Obando, quien huye al Ecuador.

Su vida profesional y familiar: Al terminarse la guerra don Sergio retorna a los estudios y se gradúa como bachiller en jurisprudencia, un año después logra el doctorado en Derecho, al tiempo empieza su ejercicio en el periodismo, con la publicación de sus estudios en el Payanes, fundado por Julio, labores que coetáneamente desarrolla con la administración de sus haciendas, en cuanto a producción agrícola.

A los tiernos 22 años don Sergio contrae nupcias con doña Marta Valencia Coz de Villar, hija de su tío Francisco Antonio Valencia y Valencia, de dicha unión nacen sus ocho hijos. En desarrollo del primer periodo presidencial del General Tomás Cipriano de Mosquera años 1845-1849, conservador y progresista, Sergio ocupa el cargo de Juez Letrado de Hacienda de 1846 a 1848; prosigue también con la administración de sus haciendas la más importante denominada Japio de una extensión de más de mil hectáreas, donde explotada en labores de agricultura y minería, la mayor parte de la mano de obra es esclava, la cual es tratada de manera digna por los Arboleda, recibiendo de ella vivienda, tierra para cultivo y algunos días de explotación minera para su propio pecunio.

Tiempo de conmociones: Se vive en el año de 1948, fecha en la cual se produce en tierras francesas una revolución, que según denota el libro no era precisamente por la lucha de derechos y libertades, sino buscando un desorden social, hecho que finalmente se produjo.Dicha revolución se propagó como un incendio por el resto de los países europeos. Se destaca durante esa épocas la publicación del Manifiesto Comunista de Marx; fue una revuelta de protagonizada por la clase obrera, con la idea de la abolición de la propiedad privada, y con cariz claramente anticlerical, finalmente en Francia luego de episodios de violencia fue derrotada dicha revoluciòn por los republicanos moderados. Lo importante para lo que aquí importa es que muchas de esas ideas fueron adoptadas en nuestro país por el partido liberal.

En 1848 se organiza en la Nueva Granada el partido liberal, su programa fue publicado por Ezequiel Rojas, está es algunos de los componentes de su dogmàtica: Admiración por Santander, partidarios del poder civil, amigos del federalismo, rechazan el intervencionismo del estado en materia económica son partidarios del librecambismo, poco proclives a la iglesia, más bien ateos defienden la libertad de cultos y la educación laica, defienden los derechos a la libre opinión, adoptan el rojo como el color de su bandera.

En 1849, son don Miguel Antonio Caro y el señor Ospina quienes dan publicación al ideario del partido conservador, que obviamente apunta a tener una dogmática antónima a la liberal, así las cosas pregonan por un orden constitucional, la legalidad, las leyes por encima de las vías de hecho, la moral cristiana, la igualdad de las personas frente a la ley, la defensa de la propiedad privada contra los ideales marxistas de extinción de la propiedad privada, el orden social, la civilización contra la barbarie y el desorden que por esa época era el pan de cada día promovido por los grupos liberales, la autoridad fuerte manejada centralmente, el orden central de nuestros días, el respeto por las tradiciones, inculcadas por los españoles desde épocas de la colonia, son adeptos a las ideas de Simón Bolívar y es el color de su bandera el azul.

Este marco contextual, obviamente no es ajeno al Cauca, como quiera que por aquella época era un epicentro de la mayor importancia, a nivel económico, político y social; obviamente la familia Arboleda no podía ser seguidora de las vertientes liberales, ya que por tradición, cultura y educación profesaban la ideología asumida por el conservatismo. Y como familia descollante de aquellas tierras fue don Sergio en el año de 1848 nombrado jefe político del Cantón Payanes.

Nos relata el biógrafo la ocurrencia de un insuceso desagradable, la disputa entre los hermanos Arboleda, que incluso alcanzó a llegar a los tribunales de justicia, por cuenta de una diferencia de esclavos, finalmente prevalece mas la concordia y el amor de hermanos, que pone punto final al problema familiar, con una solución conciliada. Incluso el lazo fraternal sale más consolidado que nunca.

Dos circunstancias adicionales suceden por la época del relato de los hechos que marcan aquel desarrollo histórico, por un lado la madre naturaleza se hace presente con la erupción del volcán nevado Puracé, contiguo a Popayán, siniestro de la naturaleza que resulta devastador; y por el lado del hombre, es la implantación de las ideas liberales con tinte socialista importadas de Europa, que toma cuerpo en la conducta de un grupo de personas denominadas sociedades democráticas, que no es más que un grupo de bárbaros proclives a la violencia, que llenan de caos la civilidad, se pregunta el autor de la obra como un socialismo que tiene su génesis en sociedades y países industrializados llega a nuestro país que de industrial nada tiene, ya que somos una economía de orden rural agrícola y un poco minera, son ideales ciertamente ajenos, pero como nuestra costumbre ancestral es copiar sin más modelos extranjeros importamos el socialismo y bajo las banderas liberales.

Es elegido como presidente el señor José Hilario López de tendencia claramente liberal, con todo lo malo de tales dogmas, se torna hostil contra los conservadores, pero aunque no suene tan lógico tales ideas encuentran mucho eco en la sociedad de la época, de tal suerte que incluso en las mismas aulas escolares del colegio San Bartolomé se crea el grupo de la Escuela Republicana que profesa tales ideales; para poner parapeto a tal situación en Popayán, de nuevo son los hermanos Arboleda quienes salen en defensa de la razón en contra de la violencia y barbarie liberal, fundan la Sociedad Filotémica de corte conservador.

El presidente López en otra de sus para nada felices decisiones decide expulsar a los sacerdotes jesuitas de nuestro país, todo apunta a que más allá de la defensa de los principios del libre credo religioso, lo hizo por motivos económicos, ordenando la expropiación de los bienes de los expulsados, quedándose para sí con sus riquezas. Ante este nuevo oprobio los Arboleda como protagonistas de la historia, se oponen radicalmente.

Sucede un acontecimiento histórico de trascendencia, la abolición de la esclavitud el 21 de marzo de 1851, lo cual en principio suena como coherente, es una jugada política más del gobierno de turno, ya que con ello da un golpe fuerte a los hacendados conservadores del Cauca, mermándolos patrimonialmente, quietándoles la mano de obra con la que contaban. Aclara nuestro libro que no puede entenderse que los hermanos Arboleda fueran esclavistas, para nada, incluso desde antes de la decisión del presidente Lòpez, los Arboleda habían iniciado un proceso de liberación gradual de los esclavos, así las cosas los hijos de aquellas personas nacían libres, política acompañada de la liberación de muchos de los antiguos esclavos. Sucedió que toda esta mano de obra salió sin tener una ocupación en que desempeñarse, viéndose avocados a quedarse sin sustento, sin tierras, sin tener un arte o profesión, lo cual derivó en la creación de grupos de delincuentes, otros optaron por internase en las selvas, todo apunta que esta medida tomada sin prevención alguna fue quien lo creyera contraproducente contra los intereses de la comunidad negra venida de África.

Don Sergio, fue durante esta época también un adalid de la defensa de los derechos de la población indígena, el gobierno liberal como cosa rara también perjudico a nuestros indígenas, ya que hizo una reforma agraria, pero no para darles tierras, sino por el contrario para distribuir sus posesiones entre los colonos, poniendo fin a los resguardos, don Sergio atendiendo a su buen corazón y afinidad por el pueblo indígena logró la recuperación de tierras usurpadas y las distribuyó entre los indígenas.

Para agravar los males que aquejaban a nuestros protagonistas, el Cauca también contaba con un gobernador liberal, los hermanos Arboleda, en especial Julio, lo confrontan en varios debates públicos, razón por la cual ante la persecución de que son objeto tienen que huir hacia la república del Ecuador, donde se radican temporalmente.

Aprovechando la insurrección de algunos lideres del sur del país ante los atropellos del gobierno liberal, los hermanos Arboleda se deciden a apoyar a los insurrectos dando apoyo y siguiendo al Coronel Ibáñez, en la ciudad de Túquerres, desafortunadamente este noble movimiento es derrotado por las fuerzas gubernamentales, razón por la cual se exilian en el Perú, allí don Sergio ejerce labores de tipo periodístico.

Las cuestiones por el libre comercio o la regulación de las exportaciones, da lugar a que dentro de las huestes liberales se produzca una división, por un lado están los seguidores del libre comercio, compuesto por comerciantes que traen sus productos de todas las latitudes del planeta, y por el otro lado los Draconianos, que son partidarios de las limitaciones a las exportaciones, grupo conformado por los artesanos y productores locales que ven como el libre comercio impulsado por el presidente López hace mella en sus economías.

El general Obando sube a la presidencia, en principio se muestra partidario del proteccionismo, pero luego debido a presiones da la espalda a su electorado y da aprobación a la Constitución de 1853 y con ella al librecambismo, los artesanos se revelan contra dichas políticas y de la mano de José María Melo, se toman el poder; siendo presidente el señor Melo opta por disolver el Congreso y revoca la Constitución recientemente promulgada.

Bajo este nuevo panorama regresan los hermanos Arboleda al país, pero igual hacen frente al presidente Melo, quien finalmente es derrotado, llegando al poder una persona de carácter mediador el señor Manuel María Mallarino de extracción conservadora, para esa época es nombrado como presidente del Congreso don Julio Arboleda. Don Sergio regresa a reconstruir sus haciendas, en la hacienda Japio desarrolla un extensivo cultivo de caña, poniendo en práctica las técnicas de dicho cultivo aprendidas en Perú. Igualmente apoya la idea de realizar un camino que uniera Popayán con el mar, buscando la comercialización de sus productos, buscando apoyo financiero particular.

Don Sergio en Bogotà: Don Sergio viaja en compañía de su tío el General Mosquera a Bogotá en el año de 1856 para acompañarlo en labores propias de la política. El General Mosquera presenta su candidatura para la presidencia de la república en ese mismo año, desafortunadamente es derrotado siendo el triunfador el conservador Mariano Ospina Rodríguez; para la misma época de tales sucesos, por diferencia en cuanto a negocios de ganadería el General Mosquera y don Julio tienen un altercado de diferencias irreconciliables.

Don Sergio ejerció su actividad legislativa como diputado a la legislatura del Cauca y senador de la República por el departamento del Tolima, cargo que dejó al desaparecer dicho departamento como entidad territorial independiente en 1857. Por esa época vuelve don Sergio a las lides periodísticas escribiendo para los periódicos El Semanario, La Voz de la Unión y el Cívico, igualmente hace su gran despliegue académico como profesor de derecho constitucional, derecho romano y español; don Sergio fue un avezado constitucionalista, conocimientos que en parte aprendió de don José Rafael Mosquera, autor de la constitución de 1843. Bajo la presidencia del conservador Ospina, don Sergio redacta la constitución federal del estado del Cauca, ello porque contrario a los ideales conservadores centralistas, el señor Ospina impuso un gobierno de corte federal La Confederación Granadina.

Nuevo Orden: El presidente citó una asamblea constituyente, la cual estaba formada por nueve liberales independientes y nueve conservadores.

Rafael Reyes, uno de los Delegatarios por el Cauca, presento con su nombre la constitución que había redactado Don Sergio Arboleda, a pedido del partido conservador.

Sergio Arboleda como gran pensador, propone un proyecto constitucional el cual es producto del análisis de las variaciones políticas y de su larga y vasta experiencia, resaltándose este texto, por su espíritu federativo.

Dicho enfoque no mostraba un sistema definitivo sino un periodo de transición, ya que durante veinticinco años el estado se había regido bajo la Constitución de Rionegro y había producido fuertes cambios en los ciudadanos.

Su plan altruista de reorganización de la nación tenía como gran objetivo solucionar los problemas de las tendencias liberales y conservadoras conciliándolas.

Finalmente el consejo de delegatarios expide la constitución de mil ochocientos ochenta y seis, la más importante que se ha dictado en Colombia, y la más duradera de nuestra vida política, ya que se le hicieron pocas modificaciones y estuvo vigente hasta el año de mil novecientos noventa y uno.

De Vuelta a Casa: Pasado lo anterior el Presidente Núñez invito a Don Sergio a participar en su gobierno, pero el prefirió abandonar Bogotá y regresar a su querida Popayán.

Allí fue recibido en medio de una majestuosa ovación, aceptó el ofrecimiento del cargo de rector de la Universidad del Cauca, aunque el quería descansar.

Al asumir este cargo y bajo una hábil dirección, don Sergio se dio a la empresa de reorganizar la Universidad del Cauca y laboro sin tregua para darle bases sólidas a la misma, entre otras cosas se encargo de las clases de Historia de Colombia y de América.

Al tiempo que intentaba reorganizar la Universidad del Cauca, don Sergio formaba una compañía para la apertura de un camino que debía comunicar la ciudad de Popayán con el Pacifico, del cual asumió la gerencia del mismo rehusando la remuneración de sus servicios.

Cabe anotar que dicha compañía no contó con ayudas estatales, los dineros provenían de particulares caucanos interesados en el progreso de su departamento.

El principal objetivo de esta compañía era abrir nuevos caminos para la exportación y agrandar la frontera agrícola del cauca.

Su Muerte: Don Sergio a la vez que dirigía los destinos de la Universidad del Cauca y estaba al frente de la apertura de los caminos hacia el Pacifico, atendía a la supervisión de sus haciendas, y ocasionalmente se dirigía a ellas en busca de paz y tranquilidad.

A mediados de Junio de mil ochocientos ochenta y ocho, a pesar que su salud estaba gravemente afectada, recorrió los ochenta kilómetros que separaban a Popayán de la hacienda de Japio con el propósito de pasar unos días en ella.

La tranquilidad de dicha hacienda, acompañada del hermoso paisaje, el perfecto entorno y los buenos recuerdos, ayudaban a don Sergio a recuperarse de cualquier cansancio.

La hacienda también le proporcionaba el ambiente propicio para dedicarse a una de sus grandes pasiones: La Literatura.

Lastimosamente a los sesenta y cinco años de edad disfrutó por última vez de su amada hacienda.

Su resistencia física se había ido acabando.

El dieciocho de junio del año de mil ochocientos ochenta y ocho, luego de almorzar, don Sergio quedó tranquilamente dormido y no despertó más.

Fue velado en la capilla de la hacienda de Japio ubicada en el municipio de Caloto.

En los días posteriores su memoria recibió homenajes del Gobierno Nacional, el Gobierno Departamental, el Partido Conservador, la prensa y la iglesia.

En el año de mil ochocientos ochenta y nueve, un año después de su muerte, fue colocado en el salón rectoral un retrato del Doctor Sergio Arboleda donado por el presbítero Cadavid y don Joaquín Valencia.

En octubre de mil novecientos veintidós, a causa del centenario de don Sergio Arboleda, la Universidad del Cauca le rindió homenaje ya que en vida se desempeñó como destacado estudiante, profesor y rector.

CONCLUSIONES

Luego de tener la oportunidad de conocer los mas trascendentales momentos de la vida de don Sergio Arboleda, a través de esta obra biográfica, encontramos las razones absolutamente justificadas del por qué el doctor Rodrigo Noguera Laborde, bautizó nuestro claustro con el nombre de este personaje, sin más debe reconocérsele su condición de ciudadano ejemplar y persona a seguir e imitar, como quiera que a nivel personal reúne una formación académica de abogado y hombre de letras, formación que no se quedó para sí, sino que reflejó en cada uno de sus actos, don Sergio amante de nuestra patria, de nuestros indígenas, de nuestra étnia negra, de nuestra naturaleza, del orden, de la civilidad, de la organización social con fundamento en los preceptos cristianos, de la defensa de los derechos de las personas, es claro que en las actuales circunstancias que desafortunadamente son nuestro entorno bien vale retomar todas las enseñanzas de don Sergio y su hermano Julio, seguramente si nuestra clase política y dirigente podrida, corrupta e ignorante tuviera el talante de don Sergio nuestro país no estaría sumido en el hueco sin fondo en el que nos encontramos, pero como siempre al final hay luz, debemos ser nosotros mismos quienes desde la academia universitaria debemos prepararnos para ser quienes encendamos la llama, la llama que en conjunto avive todo su fulgor creando el tan ansiado estado de luminosidad.

Sean pues las ideas de don Sergio nuestro referente, no importa nuestro color político, como bien lo dice la obra, son ideas de carácter universal, por lo mismo máximas irreprochables y necesarias para la formación de nuestra sociedad del país en el que queremos vivir y desarrollar nuestra existencia, nuestro plan de vida, un país donde prime el orden, la igualdad, la justicia.

BIBLIOGRAFIA

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