martes, mayo 19, 2009

El armisticio (Vargas)

EL ARMISTICIO

Por Isue Natalia Vargas Brand

ANALISIS CRITICO DEL CAPITULO “EL ARMISTICIO”

En este punto de nuestro trabajo, enfocado en el capitulo “El Armisticio” del libro Bolívar Salvador de Madariaga, tenemos dos puntos de partida importantes, que son la opinión preliminar que nos generó el artículo, y el estado de arte que en definitiva nos esclareció aquella opinión, con fundamentos más razonables, que nos abrieron la visión del texto en dos criterios opuestos, que nos permitieron tomar partida critica de aquel Pacto y sus Protagonistas concurrentes.

Ahora que ya hemos tomado distintas citas, se nos va generando un conflicto de opiniones derivadas de las referencias, como hemos mencionado en el acápite anterior, que consisten en: si, El Libertador, era ambiguo, doble, mentiroso, y falso en cuanto al quebrantado pacto del Armisticio (hecho indudable, en el que concuerdan todas las referencias), por razones belicosas y maleficiadas, o si era un hombre de principios claros y fines concretos frente al bienestar de la patria, que fundamentarían la razón de su actuar frente a este pacto.

En la primera parte de las referencias planteamos a Bolívar como un personaje ambiguo, maléfico, que no quería claramente ningún armisticio, y por ende ningún cese de hostilidades, pero con las diferentes lecturas que se hicieron, de entrada nos fuimos dando cuenta que Bolívar es un gran héroe de la historia colombiana y que, sin lugar a duda, como lo plantearon la totalidad de las referencias citadas en el estado de arte, “El Armisticio” fue un pacto quebrantado por Bolívar y sus militares, pero que tiene su razón de ser importante, en un hombre letrado con progresistas ideales de Revolución, independencia, desarrollo, porvenir y progreso para una Nación. En el libro de Jules Mancini [1], califican a Bolívar, dentro de este contexto histórico, como un hombre de previsiones y cálculos seguros, por aquel don de intuición superior y aquella facultad de “aprender obrando, así en la política como en la guerra, que distinguen a los grandes Capitanes y a los grandes hombres”[2]; y esto lo asentamos en todas las actitudes descritas en nuestro capitulo a estudiar, pues en cuanto a los tres hechos (los de Quito, Barinas y Maracaibo) que desaprobaron su sinceridad en la reunión de Santa Ana, tantas veces mencionada en nuestros dos anteriores trabajos. Aquí hayamos nuestra primera hipótesis a nuestro conflicto.

Por otra parte, son actitudes clásicas de un gran guerrero, de un Libertador, como lo es aparentar que no se está en capacidad de atacar, cuando más lo está, hacer creer al enemigo que se está distante cuando en verdad se está muy cerca, tomar ventaja de la impreparación del enemigo, moverse por rutas inesperadas y atacar los puntos desprotegidos o vulnerables, máximas tomadas de SUN-TZU “el arte de la guerra”, que fue lo que hizo al tomarse la plaza de Maracaibo y con los episodios de Quito y Barinas. Todo lo anterior es nuestra Segunda hipótesis.

Por otro lado su cinismo cuando declaró al pueblo en público que el rompimiento era liderado por los españoles que no querían la paz, sino guerra, y que la insurrección había sido espontanea por parte de Colombia, “tan solo en haber tomado cuarteles nuestras tropas dentro de esta ciudad, cuando no podía alejarlas sino en sus cercanías. De resto, en nada hemos quebrantado los artículos de tal tratado”.[3]Esta es nuestra tercera hipótesis.

Indudablemente este rompimiento es el resultado de una jugada de Bolívar para debilitar la milicia peninsular, y no era para menos cuando se tiene que, El Libertador siempre fue un hombre de inalcanzable perseverancia, de fogosa energía, cualidades que supo inculcarles a sus oficiales y a sus soldados, como Urdaneta y Heras quien independizó Maracaibo, también de habilidad en sacar en el acto provecho de sus victorias, de prestigio irresistible; ejercía estas cualidades sobre el enemigo. Nunca dejó de darles confianza a los españoles, tenia comisionados en Londres y otras ciudades europeas que gestionaban una buena labor de “paz” y de “acuerdos”, así como en España envió una carta a Fernando VII en un estilo ampuloso, reiterando su ofrecimiento de dejar a Colombia como una segunda patria para los españoles, pero erguida y no abrumada de cadenas; esto no era suficiente para Bolívar, el siempre quiso más, en bambalinas estaba su jugada final, que llevaría a la independencia de Colombia, pero por ahora necesitaba ganarse la confianza nuevamente de sus enemigos. Aquí reiteramos nuestra segunda hipótesis.

No cabe duda, que a diferencia como se plantea, en el Capitulo “El Armisticio”, Bolívar si fue insincero, pero todo bajo un gran, buen, y progresista ideal que era ir liberando las colonias españolas, para la Libertad de estas y Bienestar del pueblo, y esto únicamente podría ser resultado de jugadas ambiguas, traicioneras, viciosas pero con un fin claro y concreto. Tal vez los medios no fueron los más prestigiosos, pero en la guerra como nos dice el filósofo sofo del siglo IV a. C. SUN-TZU, la maniobra es lo que vale, y sin equivocación lo dijo este sabio, porque bolívar finalmente logro lo que quiso y hoy somos libres e independientes.


[1] BOLIVAR Y LA EMANCIPACIÓN DE LAS COLONIAS ESPAÑOLAS DESDE LOS ORIGENES

[2] Albert Sorel

[3] PROCLAMAS DE SIMON BOLIVAR. CAPITÚLO. A LOS ESPAÑOLES. PÁG 39