miércoles, noviembre 11, 2009
Provincia de Tunja.
Provincia de Antioquia.
Medellín.
Por Carlos Andrés Arango A.
INTRODUCCIÓN
Con una constitución provincial, Medellín en pocos años se convertiría en una de las ciudades más importante y fructíferas del país, así también una de las más pobladas de toda Colombia. Como provincia, evolucionó a pasos agigantados y sus atractivos variaban de climas cálidos a templados; terrenos fértiles y sanos, tal como se afirma en el libro elaborado por Agustín Codazzi; y comercio e industria acelerada que la llevarían a ser una ciudad reconocida y al mismo tiempo convertirse en la capital de la provincia de Antioquia.
Al comienzo de todo éste proceso de investigación no se encontró mucha información documentada sobre ésta pequeña y al mismo tiempo gran provincia, lo que pudo haber causado un efecto negativo en cuanto al interés de indagar exhaustivamente sobre éste territorio colombiano. Sin embargo, al consultar pequeños apartes de diferentes libros, ver fotografías y leer curiosidades de la Villa, como lo fue en un principio, generaron un interés que será precisamente el punto central de éste ensayo.
Entonces, ¿Qué ocurre en éste territorio, no muy grande, en sus comienzos, para que hubiese crecido de la forma en que lo hizo y reemplazar a Antioquia como capital de la provincia de Antioquia?
MEDELLÍN:
UNA CIUDAD PARA EL PRESENTE Y EL FUTURO, CONSTRUIDA DESDE EL PASADO.
Es probable que al ver el nombre “Provincia de Medellín”, muchos se remitan a pensar y recrear de primer plano al actual departamento de Antioquia; efectivamente, éstos dos tienen una estrecha relación y más aún si somos conscientes de que años más tarde, Medellín pasaría a ser capital de la provincia de Antioquia.
Lo que se encuentra interesante es la poca importancia y la poca trascendencia que se le da al periodo de 1853 en la provincia de Medellín, evidenciada en los libros poco documentados y al recorrido tan corto que se muestra en los archivos analizados y utilizados en éste trabajo.
Será de gran importancia entonces, aclarar un poco cómo fue la fundación de ésta ciudad, así habrá una mejor contextualización y se entenderá que ésta pequeña provincia tendría cosas importantes e igualmente valiosas para tener en cuenta en el panorama nacional actual.
Todo comienza en el hermoso paraje del Valle de Aburrá, llamado así por los indígenas que habitaban el lugar: aburraes, yamesíes, peques, ebéjicos, noriscos y maníes.
Una de las características o datos históricos que comparten Medellín y Antioquia, a parte de su geografía y su lazo actual de departamento y capital, son dos personas, quienes conquistaron a Antioquia en primer lugar y años más tarde a Cartago.
En nombre de Jorge Robledo, partió Jerónimo Luis Tejelo en busca de tierras y nuevos lugares de asentamiento, así es como llega al Valle de San Bartolomé el día 24 de Agosto de 1541 (lugar bautizado de esa manera por ser el día de dicho santo). Lo curioso del descubrimiento de Medellín es que Jorge Robledo y su tropa no se establecieron allí en el momento de llegar a aquel lugar ni realizaron la conquista pertinente en el territorio; ellos se encontraban interesados en seguir hacia el oeste, “puesto que su intento era el de descubrir más tierras y hallar el punto de comunicación con el mar o el golfo de Urabá”[1]
Entonces, recopilando la historia, uniendo documentos y siguiendo los rastros de ésta ciudad, se establece que quien pudo haber efectuado la conquista del territorio es el segundo Gobernador de Antioquia, Don Gaspar de Rodas, quien después de cruzar la altiplanicie de Ovejas, llegó al distrito de Bello, lugar reconocido por ser donde nació el gran humanista Marco Fidel Suarez; así por último llegaría al actual Medellín en el valle de Aná.
De su nombre hay una clara procedencia, o al menos así lo establece la historia antioqueña: Se refiere a la concesión dada por Doña Mariana de Austria en representación de su hijo, el rey Carlos II de España, al ser menor de edad. El nombre se otorga por medio de la Real Cédula, enviada en 1674 y recibida en América en 1975, en ella se establecía el permiso y la autorización de establecer la Villa de la Candelaria de Aná.
Un año más tarde, le corresponde al gobernador de Antioquia, darle el nombre de Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín.
El nombre es sí de Medellín, proviene del Conde de la localidad de Metellium, actual Medellín de Extremadura en España. Don Pedro Protocarrero y Aragón, fue el más interesado en que en los nuevos territorios se erigiera la “Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín”, veía en los territorios mencionados las tierras perfectas para el cultivo. Por otro lado, el nombre de Candelaria se le otorga a la primera parroquia construida en el valle de Aná, elaborada con madera y techo de paja.
Para entender cómo Medellín se convirtió en provincia a parte de la de Antioquia, nos podemos remitir a la topografía y a las características de Medellín que la podrían hacer “diferente” y auto subsistente.
Luego de 1674 Medellín comenzó a ser epicentro de comercio e industria, siendo así un sitio bastante concurrido sumado a los ilustres personajes y habitantes del sector que hicieron de Medellín una ciudad naciente y con miras a ser una de las más importantes.
Como características territoriales, había planicies llenas de pasto a lo que se le conocía como Llanuras de Cancán; montañas elevadas, algunas de ellas habitadas y las otras desiertas. Si buscaban páramos, en la serranía del Chocó, encontraban unos pocos, los cuales contrastaban con planicies cálidas y terrenos perfectos que servían de rutas a las minas y como fuente de cultivos.
Las minas que en un momento dado no pudieron ser explotados por el costo de la explotación en sí, hacían de Medellín una provincia rica, donde los habitantes trabajaban con el fin de hacerla crecer rápidamente y formar sus hogares en tierras prósperas y completamente independientes de sus provincias vecinas.
Ahora, en cuanto a su constitución, se nota la trascendencia y la gran importancia que se le otorga a la figura de la parroquia: sólo podrían ser alcaldes y vocales de la provincia, quienes fueran vecinos del distrito mencionado.
Sería considerable pensar que la figura de la parroquia es la que lleva a la ciudadanía actual en Medellín a ser considerada unida y a que varios se remitan al dicho de muchos refiriéndose a los habitantes así, “típica familia antioqueña”, puesto que como se mencionó anteriormente, los residentes del lugar buscaban la unión y por otro lado el crecimiento de sus familias y la población en general.
Para concluir, se puede ver la forma en que Medellín ha crecido, todo gracias a su terreno, sus condiciones climáticas tan diversas y al deseo de los pobladores de formar una sociedad diferente o al menos aparte de la Antioquia de aquel momento, ya que los grupos en la capital de Antioquia, ya tenían su individualización y los sectores productivos ya estaban acaparados.
Así pues, Medellín pasó a ser capital de Antioquia tiempo después, puesto que la antigua capital no era ni si quiera similar a Medellín. Esta última, era superior, visiblemente adelantada, mayor en población, mayor proyección en cuanto a la industria y el buen comienzo de la comercialización sólida con bases en los extensos cultivos y la minería de oro amarillo.
Libros Utilizados para el desarrollo del Ensayo.
o Jeografía Física I Política de las Provincias de la Nueva Granada.
Por la Comisión corográfica, bajo la dirección de Agustín Codazzi – Provincias de Soto, Santander, Pamplona, Ocaña, Antioquia y Medellín.
PUBLICACIONES DEL BANCO DE LA REPÚBLICA – ARCHIVO DE LA ECONOMÍA NACIONAL. Bogotá – 1958.
o LA CIUDAD 1675 – 1925. Escrito por Agapito Betancur, Biblioteca Básica de Medellín 8.
1ª Edición Facsimilar reducida, 2003. Instituto Tecnológico Metropolitano.
o ESTUDIOS HISTÓRICOS Y CRÓNICAS DE MEDELLÍN: Trescientos Sesenta y Dos Años de Medellín y Crónicas de la Ciudad, 1616 – marzo 2 - 1978, Colección “Academia Antioqueña de Historia”, Medellín Enero de 1978.
o EL SÉPTIMO CONGRESO NACIONAL DE HISTORIA DE MEDELLÍN 1974. Editorial Granamerica, Medellín.
En internet se encontraron algunas ayudas en la siguiente página:
o colarte.com/recuentos/Colecciones/Medellin/Historia.htm
[1] GEOGRAFÍA FISICA I POLÍTICA DE LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA GRANADA. Comisión Corográfica, bajo la dirección de Agustín Codazzi. PROVINCIAS DE Soto, Santander, Pamplona, Ocaña, Antioquia y Medellín. Publicaciones del Banco de la República, archivo de la Economía Nacional-1958.
Evolución constitucional colombiana.
Provincia de Valle De Upar.
La Opresión de la Cultura Indígena
Por Paulina Cardona Bernal
Con el pasar de los años los territorios han visto la necesidad de independizarse unos de otros por razón de la autonomía y del gobierno, algo similar surgió en la Provincia de Valle De Upar en el año de 1853 cuando se dieron su propia Constitución Provincial. A pesar de esta Carta, anteriormente en este territorio, que hoy es conocida como la ciudad de Valledupar, existió la tribu de los Eupari quienes fueron una familia muy numerosa que estaba a cargo de un Cacique, y este era quien organizaba y orientaba a su población; “para que el Cacique adquiriera el titulo de UPAR, que significaba valor, fortaleza y justicia, requería un proceso de consagración por el bien de la tribu, bajo el influjo del Dios Sol y de la Madre Luna”[1].
Siempre en una población hay quien gobierne y dirija al conglomerado y es por ello que dentro de esta comunidad era claro ver como el Cacique era el jefe y única autoridad de la población, esta no fue solo una excepción; La Provincia indígena del Valle De Upar fue poblada por numerosos indígenas armados y con grandes cuerpos quienes se caracterizaron por tener gran riqueza de oro que fue el atractivo para los Conquistadores de la época. A pesar de ser una comunidad numerosa y aguerrida no fue esto un impedimento para que los colonialistas entraran a este territorio; por lo contrario, fue Bodillo que durante un buen tiempo ocupo esta población terminando cargado de oro, pues por eso, para los castellanos la única misión que se tenían en el Valle era saquear las propiedades de los mismos indios.
Al llegar a la cordillera, Alfiger luego de un gran recorrido encontró Fernandez que existía una gran llanura poblada de indígenas con un gran rio, este era el Valle De Upar, ubicado a la orilla de rio Guatapurí. Quienes intentaron pasar esta cordillera se demoraron tres días para llegar, pero en el recorrido que realizaron no solo mataron a quienes se encontraban en el territorio final sino a quienes se iban encontrando como fueron los Cariachiles y los Itotos. Todo continuo cuando la “expedición de los europeos se dirigió contra los indios, a quienes atacaron despiadadamente tomando por prisioneros al Cacique Upare”[2]. Además de los tratos forzados y el esclavismo al que fueron introducidos los indígenas también existieron otras causas de la desaparición como lo fueron la poca obediencia, la viruela, la matanza, los incendios, los atropellos, y el introducirse al rio donde murieron la mayor de estos hombres; esta situación permite ver como “su manera de tratarse es de brutos y mal trabajadores, sin tener forma de vida política sino obedecer y creer a los mahones, que son hechiceros que los traen engañados”[3].
La transformación por así decirlo que sufrió esta la comunidad fue total, ya que con la llegada de Don Lope de Orozco a Santa Marta y los demás Castellanos, y al enviar sus tropas al Valle De Upar esas tribus que se encontraban en este lugar se vieron indefensas y al no conocer del tema y de la intención de los blancos no se opusieron. Así entonces, fueron víctimas de prácticas atroces y los pocos que quedaron vivos al verse atacados por los europeos tomaron como única instancia refugiarse en las selvas. A pesar que con la fundación se permitió que las expediciones entraran al interior del país, pero la “excursión realizado por Don Lope de Orozco, quien tenía en la mente la realización de numerosos proyectos y buenas referencias de las tierras fértiles, con tan mala suerte, que sus co -expedicionarios tenían solo ideas de aniquilamiento, lo hizo que sus planes se fueran a tierra”[4].
Se puede ver, como la vida de esta provincia se desarrollo poco a poco de manera cruel y violenta pues como toda batalla existieron las muertes, las matanzas, las torturas y la esclavitud. Esta situación no sale de los parámetros conocidos a través de la historia, pero si se puede ver como la misma comunidad indefensa fue tan inocente y como los blancos fueron tan despiadados solo por la necesidad de tener el oro, la riqueza y el territorio. Es por ello que en esta región, es decir, en el Valle De Upar, existió una cultura muy ligada a sus ancestros porque como se menciono anteriormente estos fueron engañados, y obedecieron a su única y suprema autoridad que era el Dios representado en el Cacique, y finalmente fueron enseñados a diferentes vicios que los llevaron a la muerte.
En fin, la cultura de la provincia del Valle De Upar desapareció igual como sucede en todas las conquistas de los territorios, solo que esta se caracterizo por su arraigo indígena y la riqueza de este pueblo. No fue solo una expedición de conquistadores la que llegó a estas tierras sino más bien un grupo de blancos que se aprovecho de una comunidad inculturaizada y desconocedora de la realidad del otro mundo, carente de fuerza, de poder, y de conocimiento.
BIBLIOGRAFIA
Cacua Parada, Antonio. Colombia en la Historia, Tomo II. Editorial Corporación Universitaria del Meta. Bogotá, Colombia, 1969.
Castro Trespalacios, Pedro y Castro Maya, Carlos A. Culturas Aborígenes Cesarenses e Independencia del Valle de Upar. Imprenta Nacional de Colombia, Santa Fe de Bogotá, 2000.
Castro Trespalacios, Pedro. Documento para la Historia de la Fundación de Valle de Upar. Colombia, 1946.
Palencia, Ernesto. Evocaciones Históricas o la Quimera del Retorno. Centro de Historia del Cesar, Cesar, Colombia.
[1]Palencia, Ernesto. Evocaciones Históricas o la Quimera del Retorno. Centro de Historia del Cesar, Cesar, Colombia. Pág. 44
[2] Castro Trespalacios, Pedro y Castro Maya, Carlos A. Culturas Aborígenes Cesarenses e Independencia del Valle de Upar. Imprenta Nacional de Colombia, Santa Fe de Bogotá. Pág. 19
[3] Castro Trespalacios, Pedro. Documento para la Historia de la Fundación de Valle de Upar. Colombia. Pág. 23
[4] Palencia, Ernesto. Evocaciones Históricas o la Quimera del Retorno. Centro de Historia del Cesar, Cesar, Colombia. Pág. 49.