jueves, noviembre 13, 2008

La última renuncia, la renuncia de verdad

LA “ULTIMA RENUNCIA”, LA RENUNCIA DE VERDAD
Por Juan Sebastián Gómez Latorre
Que renunció es un hecho que no tiene ninguna discusión, sin embargo, ¿cuáles fueron las causas reales para presentar su renuncia? ¿Qué tan sinceras fueron las razones que Bolívar mismo expresó como motivos para renunciar? ¿Qué consideraciones manifiestan los autores que se refieren a este suceso? Aunque cada uno debe darle su propia interpretación, quiero presentar algunos elementos que me permitieron identificar las respuestas a estos interrogantes. Ahora bien, aunque algunos de los autores le dan un nombre al segmento donde se refieren a la renuncia de Bolívar conforme a su punto de vista de lo que significó éste acontecimiento, es así como, por ejemplo, “el ocaso de Bolívar”, “el crepúsculo de un héroe”, “el eclipse del sol”, otros simplemente lo identifican como “los últimos días” o “vida de Bolívar”, denotan el sentido que, según cada uno de ellos, desarrolló la renuncia de Bolívar. Madariaga sencillamente lo titula “la ultima renuncia” identificándome con la correspondencia que tiene este título con una aproximación mucho más concreta a los hechos relacionados, el tema aquí es “la ultima” acaso cuántas renuncias más había presentado? Porque el hecho es que esa expresión da a entender que no fue “la única renuncia” con esto intento observar de modo indirecto, que tan sinceras eran las declaraciones de su renuncia. Es evidente, y todos coinciden en lo mismo, en el desvanecimiento de la figura política de Bolívar, aunque como lo mencioné en escritos anteriores, la división que genera el ángulo desde donde aprecian al libertador, bien sea como héroe o como villano, tenemos claro la impopularidad que estaba gozando Bolívar, al irnos más atrás de enero de 1830, existen múltiples referencias que identifican que efectivamente, no era la primera vez que Bolívar renunciaba, entre algunos de las descripciones que lo relacionan, se encuentra una carta que él mismo escribió en julio de 1829 dirigida a Urdaneta, en la cual, Madariaga, utilizando la expresión “viene después la frase de siempre sobre su deseo de retirarse a la vida privada”. Bolívar ya había hecho uso anteriormente del argumento de renunciar, en este caso el objeto por el cual lo hacía era justamente lo contrario, mantenerse en el poder, ya que como también se menciona, parte de la estrategia de Bolívar por preservar su liderazgo era ponerse en una posición difícil y él mismo mostrar como oscuro el panorama en caso de su ausencia del poder. Pero no constituyó únicamente la propaganda negativa de su ausencia una motivación para haber renunciado, este argumentó también lo utilizó con Páez en una carta que envió en septiembre de 1829, la cual, Madariaga presenta de este modo: “añadiendo su irrevocable resolución de renunciar a la presidencia y de no volverla a aceptar jamás. También reitera su ofrecimiento de servir bajo Páez de ser Páez presidente” sin más detalles que den una idea más clara del evento, lo que sin duda se puede apreciar, es que aún utilizó la renuncia como un intento político por dejar intacta su obra libertadora, al buscar mantener la unidad entre los estados inclusive dando en sacrificio su detentación del poder para entregarla a Páez, de quien está claro que no era su amigo, cuán altruista era esta muestra que él mismo intentaba dar, claramente parte del juego político. De otros autores consultados, destaco que para algunos, la renuncia de Bolívar era más que el final, parte de su vida política ya que con este hecho, según ellos, quedaba demostrada la grandeza de él, que en su búsqueda de la armonía entre los pueblos estaba dispuesto inclusive a dejar su cargo para mostrar su verdadera intención, el más radical de ellos, Jorge Mier, que hace alusión a que Bolívar nunca quiso el mando del gobierno, procura mostrar que en realidad él mismo se presentó como un vehículo para lograr la libertad de los pueblos sin intenciones de poder. En esta divergencia de opiniones en la presentación de la renuncia de Bolívar, no encuentro forma de tomar una posición neutral, para mi están dadas las evidencias que permiten observar que sí, efectivamente Bolívar entre sus virtudes contaba con una elocuencia que fue una de sus grandes herramientas con las que logró además de su labor militar, asegurar una importante permanencia en el poder resaltando que contaba con las aptitudes indispensables para lograr la independencia obteniendo frente a los demás, o mejor dicho, mostrándose como la personificación misma de la libertad y de este modo preservar durante el tiempo su posición de líder, pero en contraste está el elemento subjetivo que él mismo aceptaba y que era su afán de dirigir, él efectivamente buscaba continuar con esa facultad, también lo desarrolla Madariaga, en su intención sí estaba el poder, por lo que no era del todo sincero su discurso del bien en general, tampoco pretendo juzgarlo porque este factor es un ingrediente en todos los que han ejercido el liderazgo, pero que sí quiero dejar claro que el poder constituía en buena parte la motivación de Bolívar para actuar de ese modo. En una suma de situaciones que se desarrollaron consecuentemente, el deterioro de su salud, las derrotas militares, la enemistad que cada vez aumentaba más, la impopularidad que estaba viviendo considero que fueron realmente los factores que llevaron a que Bolívar, presionado, renunciara. así como la fábula del pastorcito mentiroso, tal como lo menciona Bushnell “esta vez si de veras” Bolívar que cada vez que renunciaba era para mantenerse al frente del poder, en este momento ya no tenía más opción, seguramente mantenía la esperanza, como en ocasiones anteriores que le apoyaran para no marcharse, pero él era consciente, ya no había nada más que hacer, no fue por una sincera muestra de desapego al poder, o porque efectivamente buscaba que los estados recobraran la unidad, sencillamente no existía ya forma de quedarse, fue una renuncia propiciada por el conjunto de situaciones que lo constriñeron a dejar el poder, era el momento para abandonar lo que había establecido, que sí, fue importante, pero que en el hecho de su renuncia era lo ultimo y lo único que le quedaba por hacer. BIBLIOGRAFÍA • SALVADOR DE MADARIAGA. Bolívar. Tomo 2.. Espasa Calpe. Madrid, España. 1951. • DAVID BUSHNELL. Simón Bolívar, hombre de Caracas, Proyecto de América. Una biografía. Editorial Biblos. Buenos Aires, Argentina. 2002. • JORGE MIER HOFFMAN. Bolívar y la última batalla. Venezuela. Extraído del sitio web: http://www.simon-bolivar.org/bolivar/sb_y_la_ult_batalla.html