jueves, noviembre 20, 2008

El “sueño” peruano de San Martin

Por Juan Pablo Sierra Piñeros

Un hombre, una historia, una revolución… José de San Martin representa la independencia y la libertad de todos los pueblos de la plata, su lucha significa para América el despertar de una opresión, el sacrificio de un hombre a un pueblo, a un ideal, a un cambio… Libero Argentina y Chile, lleno su nombre de gloria y su recuerdo, enmarcado en el proceso emancipador, ha resistido el desgaste de los años y el olvido, pero donde otros triunfaron, el fracasó, donde otros se alzaron en armas y aniquilaron a las fuerzas realistas de los españoles, el inevitablemente fracasó, y esa derrota, ineludible para unos, producto de varios errores para otros, constituye el inicio de una Nación libre como lo fue la Independencia del Perú, el gran sueño de San Martin, su “sueño peruano” se vio lentamente naufragado en las aguas de la historia, su vida termino con aquella inconclusa epopeya, con aquel interminable viaje sin regreso, con aquella ilusión de libertad…

La Campaña Libertadora del Perú dirigida por San Martin no cumplió su objetivo. Fue incapaz por si sola de liberar y dar independencia al Virreinato del Perú. Los hechos demuestran que múltiples errores de estrategia (militares y diplomáticos) influyeron notablemente en el fracaso emancipador de tal empresa. Desde la misma gestación, San Martin encontró una serie de conflictos y errores que conllevarían a que inequívocamente, se retirara del escenario independentista para darle paso a un libertador que a diferencia de él, encontraba la gloria, mientras San Martin, se despedía de ella…

Es necesario observar detenidamente el proceso de la campaña libertadora del Perú, y analizar, la serie de errores y situaciones que generaron el fin de tal empresa, para poder entender que implicaciones tendría San Martin en su propia derrota y que efectos ajenos a el constituirían la venida de Bolívar al Perú. Para tal efecto, es necesario delimitar el análisis, ya que, ante una materia o suceso tan importante, y por lo tanto, tan extenso, debemos tener un punto de partida, un proceso y un fin conciso, exacto que permita identificar factores relevantes y acontecimientos fundamentales para explicar el porqué de la derrota de San Martin en el Perú. Viendo tal perspectiva es necesario dividir los hechos y elementos en tres etapas; anteriores a la campaña libertadora del Perú, Independencia del Perú en manos de San Martin y Entrevista de Guayaquil.

¿Realmente que sucedió antes de la expedición libertadora en el Perú? ¿Qué generó que San Martin dejara la independencia del Perú y la entregara a Bolívar? ¿Por qué fracaso la campaña libertadora del Perú? ¿Cuáles fueron las verdaderas razones de tal suceso?

Los problemas generados en Argentina a razón de los enfrentamientos entre los Porteños y las Montoneras, es decir, entre el federalismo y el centralismo argentino debilitaron el poder de San Martin y con ello, su comando en el Ejercito de los Andes. Ante tal situación, recurre a Chile y a su gran amigo O’Higgins para apoyo en la campaña libertadora del Perú. Algunos autores como Galván Moreno[1] hablan sobre una estrategia “fraudulenta” por parte de San Martin, al hablar de una total desobediencia ante el gobierno argentino, aprovechando la necesidad de Chile de tener el Ejercito de los Andes, pero otros como Eduardo García del Real, hablan del espíritu obediente y honroso de Martin, incapaz de incumplir con una orden dada por el gobierno argentino, pretextando la desobediencia en factores climáticos, estratégicos, y en parte, a las ansias de independencia del Perú. La situación, solucionada con el apoyo del gobierno chileno para la causa independentista del Perú en 1819, no demoro en complicarse, y en ello radica uno de los problemas trascendentales que tuvo San Martin y que origino su fin en la independencia del Perú.

Con la metrópoli argentina a punto de caer en manos de las montoneras, el nuevo Director Rondeau, exige al Ejercito de los Andes y a San Martin dirigirse a Buenos Aires para defender tal capital del ataque federalista, pero San Martin, sabiendo de sobra que si acudía a la ayuda pedida por los centralistas, su sueño peruano no tendría inicio, decidió desobedecer tal orden, y con ello, puso fin al poder central en Argentina. San Martin hallándose “sin un gobierno a quien obedecer” -aunque es contundente pensar que el gobierno argentino, aunque federalista, seguía existiendo y que San Martin le debía obediencia- decidió renunciar al poder del ejército de los Andes y bajo el Acta de Racancagua del 2 de abril de 1820 sus propios comandantes le instituyeron el poder de General, poder que después cobraría su derrota ya que, al obtener el poder del mismo ejercito, quedaría sometido moralmente con el mismo, y podría ser depuesto por la misma fuerza con que fue envestido. Su triunfo como General del Ejército de los Andes, será su mayor derrota en el Perú.

Como general del Ejercito de los Andes, y nombrado posteriormente como General en Jefe de los Ejércitos Expedicionarios del Perú por el gobierno de Chile, zarpa de Valparaíso a las costas peruanas de la Playa de Paracas, donde situaría su cuartel general en Pisco. A pesar de lo que pudiese creerse, tal ubicación geográfica para el inicio de la expedición militar al Perú, fue magistralmente planeada, ya que a partir de dicho punto, las fuerzas de San Martin podrían controlar las costas cercanas a Lima, ejerciendo al mismo tiempo una presión con el ejército que posteriormente le entregaría a Arenales a través de la Sierra, poblada masivamente por esclavos e indígenas. La campaña libertadora de San Martin, hasta ahora en buen rumbo, tornaría una dirección dramáticamente distinta con el transcurso del tiempo, y será este mismo, el que lo condene…

Podemos apreciar hasta este momento, que San Martin, a pesar de haber recibido el poder del Ejercito de los Andes a través del Acta de Racancagua, situación que a pesar de ser fundamental en la crisis de la campaña de San Martin en el Virreinato del Perú, aun no ha sido comprendida con claridad, podemos observar que no existen errores aparentes en la estrategia militar del general argentino en la campaña del Perú hasta este momento, y de hecho, continuara así por mucho tiempo. San Martin se desplazara hasta el Puerto de Arcón en Huacho a 150 kilómetros de Lima, mientras Arenales en la Sierra, se interna a través de los pueblos de Huancavelica y Jauja, donde fijaría su cuartel general, no sin antes derrotar en Pasco y en Ica a las fuerzas realistas españolas. Pero se verá con claridad que dichos movimientos serán, más que ofensivos como considera Anjel Moreno Guevara, defensivos, exponiendo la lentitud, tranquilidad, y pausalidad con que actuó San Martin en dicha expedición, y de hecho, San Martin llegara a Lima, a la capital del fuerte virreinato del Perú en 1821sin ninguna lucha frontal, ejerciendo presión sobre la ciudad, sobresaltando y sublevando la sierra, ganando fuerzas patrióticas a partir de negros, esclavos, indígenas y mulatos, pero sin ninguna batalla frontal con el ejercito realista, tal pasividad será juzgada fuertemente por sus propios comandantes cuando San Martin este en Lima.

Fracasadas las Conferencias de Miraflores y de Punchauca, como intento de salida diplomática a la campaña expedicionaria de San Martin, el virrey Laserna, general que reemplazaría al destituido Virrey Pezuela por las fuerzas realistas, saldría de la capital para adentrarse en la sierra y unirse al ejercito de Canterac por una simple razón, la fiebre amarilla, enfermedad que sufrían ambos ejércitos y que diezmaron aproximadamente el 80% de cada uno. San Martin entrara a Lima, con 4.500 hombres, según algunos autores como Liévano Aguirre, no como el triunfador y seguro emancipador del Perú, sino como un hombre que sabe que la victoria esta mas que distante, tal razonamiento parece lógico al deducir que las fuerzas reales no han sido combatidas eficientemente por San Martin, que los españoles se adentran en el Alto Perú, donde encontraran gran apoyo de indios y mestizo, y que al parecer, poseer la capital, no asegura en ningún modo poseer el dominio del virreinato.

Pero, a pesar de tal entendimiento, parece ilógico llegar a expresar que San Martin ya estaba derrotado como lo trato de exponer Aguirre en su libro Bolívar[2], asegurando que las fuerzas indígenas en la sierra, fervorosas con el poder del virrey se unirían a él, constituyendo una fuerza realista que derrotaría fácilmente al ejército patriótico, afirmación que puede tomarse como desmesurada, al entender que tales indígenas y mulatos constituían por igual el ejercito de realistas y patriotas, no constituye tal aseveración una causa de la derrota de la expedición peruana de San Martin. Pero, si las fuerzas indígenas no son una causa del fracaso del general en el virreinato, si son las reprochables y cuestionables decisiones que tomaría después de entrar a Lima, errores que, siendo de gran dimensión, acabarían poco a poco con su expedición.

La primera de aquellas decisiones fue, la de ordenar al ejercito de Arenales, que contaba con más de 4.300 hombres en la sierra, desplazarse a Lima para unirse con el ejército del general argentino, orden que fue consultada y “cuestionada” en cierta forma por el mismo Arenales ya que, con las fuerzas patrióticas de la sierra, podría vencer al ejercito de Canterac y de Laserna, golpeados por la fiebre amarilla, pero a pesar de asegurarle al General San Martin que el éxito de la independencia del Perú, se lograría en la sierra, debiendo combatirlos antes de que pudieran recuperar fuerzas, San Martin reiteraría la orden de regreso del ejercito de Arenales a Lima, reduciendo su número gracias a deserciones a solo 2.000 hombres.

La segunda decisión que le costaría la independencia del Perú a San Martin fue la continuación de su estrategia pacifica y defensiva frente al enemigo. Laserna, a salvo del ataque del ejército de Arenales por ordenes de San Martin, ordena al General Canterac dirigirse a la Fortificación del Callao, a tan solo pocos kilómetros de Lima, esperando dicho general el ataque de las fuerzas patrióticas, mas sin embargo, San Martin solo ordena tomar posición de defensa y esperar el ataque de los realistas, ataque que nunca llega ya que la misión de Canterac era de recuperar artillería y municiones en la fortificación, no de atacar a la capital del virreinato. Finalmente Canterac se retira nuevamente a la sierra debido a que el gran número de deserciones alarmaron a las fuerzas españolas. Tal inactividad demostrada por San Martin frente a las tropas realistas inicio una reacción desmesurada de inconformidad frente a las acciones realizadas por el general argentino. El ejercito que antes lo apoyo en el Acta de Racancagua, al cual se debía moralmente gracias a que a partir del mismo ejercito se desprendía su autoridad, vio como poco a poco la disciplina y orden característicos en su ejército, iba transformándose para convertirse finalmente en una fuerza militar insuficientemente capaz de conceder al virreinato del Perú la independencia tan enérgicamente luchada, ni la autoridad ni el prestigio del General argentino fueron suficientes para sofocar tal desorden.

Y adicionando al caos reinante en el ejército patriótico del general San Martin, sumase la gran derrota que sufrió tal fuerza en la Batalla de Macacona, donde fuerzas realistas emboscan en un estrecho desfiladero de la hacienda La Macacona a las fuerzas patrióticas del General Tristán (reemplazaría al General Arenales), que se dirigían a Lima. El resultado de tal batalla fue desastroso para San Martin, 50 oficiales y 1.080 soldados capturados y otros tantos muertos.

Las cosas no podrían estar peor para San Martin, y con un ejército sumido en la indisciplina y el caos, golpeado con la última derrota patriótica, se desplazaría hacia Guayaquil, donde sería el fin de su ocaso… pero, ¿Por qué San Martin se retiro de la campaña emancipadora del Perú, para darle vía libre a Bolívar y a la Nueva Granada? Las razones aparentes sobran… y de hecho, algunos autores como Francisco Encina, aseguran que “la entrevista de Guayaquil es un hecho que carece de trascendencia histórica, ya que con ella o sin ella, era inevitable el hecho de que San Martin debía abandonar el Perú”[3], afirmación que dudaría a primera vista de ser ciertas, pero si se observa la situación histórica vivida por cada uno de los libertadores, se desprendería inevitablemente dicho suceso. San Martin, derrotado, abandonado por su propio ejército, vencido sin siquiera una lucha frontal debido a su estrategia pacifista o como lo expresa el mismo autor en forma perfecta “sine sanguile”, pagando el error de no haber continuado la independencia en la sierra, como se lo aconsejo Arenales y donde tenía mayor posibilidad de victoria, y Bolívar, recién Libertador de la Nueva Granada y Quito, con un triunfo inmediato a sus espaldas, con toda Latinoamérica proclamándolo Libertador…

Es indiscutible e ineludible que Bolívar debe continuar la tarea de San Martin. Sus errores lo han llevado a ese momento, debe retirarse ya que su ejército, su expedición es incapaz de liberar por sí sola el virreinato del Perú. Su deber moral con el ejercito, surgido en el Acta de Racancagua, su estrategia pacifista, lenta, “sine sanguile”, su gran derrota en la Batalla de Macacona, su error de destreza al no ver que la independencia debía ganarse en la sierra con las fuerzas de Arenales y no en Lima, como siempre creyó, en fin, sus faltas, sus culpas sentenciaron su obra, pusieron fin a su sueño, y, como sería también el ocaso del Libertador Bolívar, se retiraría, porque, en fin, no importa quién termino la campaña de independencia del Perú, ¡sino quienes dieron su vida, su futuro, su honra y su esfuerzo por hacerla realidad!

BIBLIOGRAFIA:

· EL LIBERTADOR DE CHILE O`HIGGINS. EL GRAM AMIGO DE SAN MARTIN. Galván Moreno. Editorial Claridad. Buenos Aires. Biblioteca de Escritores Argentinos.

· JOSE DE SAN MARTIN. LIBERTADOR DE LA ARGENTINA Y DE CHILE. PROTECTOR DEL PERÚ. Eduardo García del Real. Editorial Espasa-Calpe S.A.. Madrid Barcelona. 1932

· HISTORIA MILITAR DE LA ESPEDICION LIBERTADORA AL PERÚ EN 1820. Anjel Moreno Guevara. Santiago de Chile. Imprenta del Ministerio de Guerra. 1920.

· SAN MARTIN. ANIBAL DE LOS ANDES. J.A. Cova. Miembro de la Academia venezolana de la Historia. Editorial Venezuela. Buenos Aires. 1947.

· LA MONARQUÍA EN AMÉRICA. BOLIVAR Y EL GENERAL SAN MARTIN. Carlos A. Villanueva. Academia Nacional de la Historia. Sociedad de Ediciones Literarias y Artísticas. Librería Paul Ollendorff. Paris.

· LA CONFERENCIA DE GUAYAQUIL. Academia Nacional de la Historia. Tipografía Americana. Caracas. 1940.

· BOLÍVAR. Indalecio Liévano Aguirre. Segunda Edicion. Primera Parte. Editorial El Liberal S.A.. Bogotá.

· BOLÍVAR Y LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA. Emancipación de la Presidencia de Quito, del Virreinato de Lima y del Alto Perú. Francisco A. Encina. Tomo 5. Editorial Nascimiento. Santiago. Chile. 1954.


[1] MORENO Galván, El Libertador de Chile O’Higgins. El gran Amigo de San Martin. Editorial Claridad. Buenos Aires. Biblioteca de Escritores Argentinos.

[2] LIEVANO AGUIRRE, Indalecio. Bolívar. Segunda Edicion. Primera Parte. Editorial El Liberal S.A. Bogotá. pp. 266.

[3] ENCINA, Francisco A. Bolívar y la Independencia de la América Española. Emancipación de la Presidencia de Quito, del Virreinato de Lima y del Alto Perú. Tomo 5. Editorial Nascimiento. Santiago. Chile. 1954. pp. 136.