lunes, marzo 05, 2007

Gonzalo de Oyón (Arboleda) Lozano Martínez

GONZALO DE OYÓN
Por Carlos Enrique Lozano Martínez
El “Gonzalo de Oyón” poema épico considerado por muchos el mas destacado y único en su estilo de la literatura hispanoamericana, además de brindarnos una muy bella poesía, nos permite conocer lo que guardaba en el pensamiento una de las mas grandes figuras de nuestra historia patria, que sobresalió no solo en el campo de la poesía, sino también en el de las ciencias, y en el de la política como militar que fue, de cuyo atributo hemos trabajado, se trata de Julio Arboleda. Su poesía nos transporta en el tiempo, ya que el relato se desarrolla sobre el contexto de la colonia -precisamente en el siglo XVI- pero proyectando su finalidad al contexto en que fue escrita el siglo XIX. La poesía la inspiran los hermanos Pizarro, siendo miembros de una, entre otras familias, de las que emprendieron las primeras expediciones conquistadoras a América por envió de la corona Española. Lo que caracterizo a estos personajes fue su espíritu revoltoso producto de su ambición. Las primeras familias conquistadoras entre las que podemos nombrar a los Quesada, Valdivia, Federmán, Benálcazar, Almagro incluyendo los Pizarro tuvieron grandes enfrentamientos en torno a la repartición de tierras. Las haciendas de estos españoles comprendían latifundios que podrían asemejarse a la extensión de países. La peculiar situación que se presento con estas familias podemos asimilarla al motor de nuestra independencia, la lejanía del rey. El distanciamiento del rey ocasiono que llegara a prescindirse de su autoridad, y las familias empezaran a procurarse grandes patrimonios producto de las tierras conquistadas. Esto dio lugar a un enfrentamiento entre las familias Pizarro y Almagro que se concreto con el asentamiento del poder de España en América. En 1544 llega a Lima, Perú el primer virrey, Núñez Vela, que fue recibido con hostilidad por los encomenderos. Las nuevas leyes habían prohibido la sucesión de las encomiendas, y el virrey traía la orden de quitarlas a todos los participes en las luchas de Almagristas y Pizarristas, que eran prácticamente todos los encomenderos del Perú1. Pasados cuatro meses se produjo la revolución encomendera, tanto de Pizarristas como Almagristas, en torno a la figura de Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco, quien fue el descubridor de las tierras. Gonzalo entró en Lima y fue nombrado gobernador por la audiencia. El virrey no le quedo más opción que huir y encabezar la lucha de los defensores de la causa del rey, sin embargo fue degollado en Quito en el año de 1546. La rebelión se extendió por toda la costa pacifica americana. Para someter a los rebeldes la corona española envió a Pedro Lagasca, quien a costa de promesas logro reunir suficientes fuerzas realistas para derrotar a los rebeldes en Jaquijahuana, cerca de Cuzco en 1548. Gonzalo Pizarro encabezando a los rebeldes y algunos de sus capitanes pagaron la traición con la vida. El pacificador Lagasca como se le llamo, repartió las tierras, recogió un buen tesoro para la hacienda Real y embarco para España en enero de 1550, dejando el gobierno en manos de la audiencia y desterrando a todo el que hubiese podido tener indicio en las revueltas2. Entre estos desterrados figura Álvaro de Oyón quien emprendió rumbo con otros revoltosos a las regiones de Colombia3. En estos territorios Álvaro decide continuar la empresa de Pizarro, la conquista de todos los territorios conocidos de América. Lo que implicaba emprender una lucha netamente anti-realista. Ahora, hay que tener en cuenta que de este punto de la historia, por decirlo de alguna manera, se desprenden dos realidades paralelas; una ficticia que profesa hechos que aunque no fueron reales, se fundan en el contexto del momento trayendo unos protagonistas, que tampoco siendo reales, personifican individuos que si existieron, esta es la que interpreta el poema épico Gonzalo de Oyón. En el cual Álvaro continuando el propósito de Pizarro intenta la toma de Popayán, pero encuentra encabezando la oposición a su hermano Gonzalo de Oyón, defensor de la causa española. La otra realidad se funda en lo que realmente sucedió en dicha región cuando Álvaro intenta la toma, y lo que aconteció es que Álvaro y sus fuerzas revoltosas fueron mermados por las fuerzas reales encabezadas por él aquel entonces gobernador de la provincia de Popayán, Sebastián de Benálcazar4. Teniendo en cuenta lo anterior y en atención a nuestra finalidad, que no es mas que saber que preocupaba la mente de Arboleda, nos debemos adentrar en el acontecer de los hechos que él creo para dar a conocer su posición, que es el del poema. Donde se personifica, incluso se autobiografía en Gonzalo de Oyón, hermano de Álvaro, el cual en el verdadero acontecer no existió. Antes de deducir el por qué, de personificarse en una novela épica, hay que tener en cuenta una constante que encontramos en el siglo XVI que aparece tanto en la realidad como en la ficción, y es el asentamiento del poder de la corona española en la región de América del sur. Debe tenerse en cuenta esto, en tanto que en el siglo XIX en el cual se escribió la obra aparece otra constante fundada en el hecho, que no será el asentamiento del poder español, sino todo lo contrario, la ausencia de un poder; esa constante será el incuestionable hecho de nuestra independencia. Julio Arboleda nació el 9 de junio de 1817 en la región mas hispanizada que pudo haber tenido nuestro territorio, Popayán. Arboleda, de descendencia europea que mezclaba las culturas española e irlandesa fue el primogénito de una de las familias mas notables de Popayán. A Popayán lo caracterizaban sus instituciones educativas, en las cuales enseñaban solo europeos destinados a ese único fin, lo cual procuro un elevado nivel cultural sobre el de las otras regiones del país y una fervorosa religiosidad. En la misma región y de descendencia también española nace Tomas Cipriano de Mosquera, tío de Julio Arboleda. Tocamos este notable personaje de la historia colombiana por motivo de su vínculo con Arboleda y por su protagonismo en el poema, pues aparece personificado en Álvaro de Oyón. De esto podemos inferir que el conflicto del siglo XVI es totalmente analógico a la situación del siglo XIX. En cuanto a que en ambos encontramos dos posiciones; en el XVI los realistas leales al rey, y los revoltosos en contra del poder español. En el XIX encontramos unos partidarios de Bolívar por una Republica unitaria, y otros, partidarios de Santander para una Republica Federativa. No obstante, en búsqueda de nuestro puposito iremos al trasfondo de ese bipartidismo y encontraremos factores determinantes que permiten entender, porque Arboleda es Gonzalo, y Mosquera, Álvaro. La obra nos muestra a Gonzalo de Oyón como un individuo fervorosamente religioso que tras muchos años de no ver a su hermano, lo encuentra liderando una rebelión que pretendía tomar la región payanesa. Gonzalo que sufría un destierro, debido a un amor frustrado a la fuerza por Fernando Benálcazar, un prepotente español hijo del adelantado de la provincia, es llamado por un viejo amigo que decide ir a buscarlo en lo mas remoto del Valle del Cauca para que se uniera y liderara una necesaria resistencia en defensa de la integridad, las tradiciones y cultura de la región, que mezclaba españoles e indígenas5. Este contexto nos muestra una región, que estaba siendo ocupada poco a poco por españoles y en la cual se logro de algún modo llegar a convivir con los indígenas, el hecho de que Gonzalo se enamoro de una, lo demuestra, y más aún, el interés del hijo del adelantado en la misma mujer. De esto, podemos determinar el motivo por el que Gonzalo lidera una resistencia contra lo que paradójicamente lo liberaría del destierro; si él, estaba desterrado por la arbitrariedad de la autoridad española, ¿por qué se resistió a que la acabaran? Esto precisamente nos dice mucho del propósito del autor. Gonzalo al momento en que finalmente logra encontrarse con su hermano tiene con él varias conversaciones, en las cuales le propone abandonar su causa, pues no tendría ningún fin provechoso desestabilizar más las circunstancias, ya que mal o bien se había de algún modo logrado una convivencia con los nativos y que el objetivo ya no estaba en sacar a los españoles, pues estos evidentemente habían llegado para quedarse, sino en forjar el camino propicio a la convivencia acabando con los corruptos6 y buscando el progreso. Por eso le propone a Álvaro quedarse, abandonar la causa e ir a ver a su madre para que le diera la bendición. Álvaro acepta por el ansia y anhelo de recibir la bendición de su madre. Esto nos demuestra el hecho de que pudo más el vínculo familiar y los principios que todo lo político, cosa que nos dice mucho si transferimos a esos personajes al siglo XIX en Julio Arboleda y Tomás Cipriano de Mosquera. En el siglo XIX no encontramos ya un poder español sino una naciente república, que al igual que Popayán en el siglo XVI necesitaba urgentemente de una solución a las disensiones políticas, para enrumbar su destino a la convivencia y el progreso, turbado precisamente por un conflicto de fines que no se adecuaban a lo que necesariamente era importante. Ahora antes de introducirnos en el siglo XIX debemos interpretar una importante metáfora que nos dice mucho del patriota Arboleda. Cuando él, como Gonzalo propone a su hermano recibir la bendición de su madre desenmascara mucho sobre su pensamiento, en tanto que demuestra un gran amor por la tierra que protege proponiendo a su hermano quedarse, y resaltando una gran importancia de los principios religiosos como más adelante veremos. El siglo XIX no tiene mejor descripción que la que hace de él Sergio Arboleda hermano de Julio; “hay un pueblo, excepción, en cierto modo, de los demás que habitan la América del Sur, a quien ha tocado siempre la iniciativa de todas las ideas y revoluciones destinadas a propagarse en estas repúblicas, porque en él se sienten como en el corazón del continente todos sus bienes o sus males. Encajonado entre montañas, es sin embargo más civilizado en lo intelectual que todos los demás pueblos hispanoamericanos. Por su aislamiento, la poca industria agrícola, minera y mercantil que le sostiene, le pertenece exclusivamente, sus capitales, aunque escasos, no son extranjeros. La ardiente imaginación de sus hijos le hace vivir en una perpetua revolución que no solo rechaza la inmigración, sino que lanza de su seno a sus mejores y más sólidos ingenios, para que vayan a alumbrar otros pueblos con la luz de su inteligencia. De allí partió en época remota el atrevido español al descubrimiento y conquista de las regiones del sur; a él envió Fernando los ejércitos destinados a ahogar el grito de libertad de medio mundo: allí descollaron los más grandes ingenios de la época de la independencia, con la noble misión de sufrir el martirio por el bien de todos; allí encontró Bolívar hombres y elementos para libertar a su patria, de allí salió de triunfo en triunfo el pabellón que había de tremolar en Ayacucho, y sus hombres, en fin, son los únicos que hayan discutido en América, sobre el terreno de los principios, todas las grandes cuestiones políticas y sociales que hoy interesan al mundo. Esta nación es nuestra patria.” En este ambiente es en el cual se desencadena la fatigante lucha por saber cuales son los principios que deben gobernar a la naciente república y encontraremos en Tomás Cipriano de Mosquera y en Julio Arboleda las personalidades que encajan a la perfección, en Álvaro el primero, y en Gonzalo el segundo. Tomás Cipriano de Mosquera nace, al igual que Arboleda, en Popayán en Septiembre de 1798 y es tío de éste. Desde muy pequeño mostró una personalidad muy singular con respecto a los principios de su familia, recordemos que Popayán era la región de más elevado nivel cultural por la excelente educación que se emprendía en sus instituciones educativas, y era igualmente la más religiosa, católica, apostólica y romana por extensión de los españoles que erigieron dicha región. Mosquera siempre llevó la contraria a los principios de su padre7, esa actitud redundo también en torno a sus hermanos y el resto de la familia, siendo el único que no concretó unos estudios profesionales. En virtud de ello en épocas de las luchas de la independencia asumió iniciarse como militar, combatió en Junín en las filas del libertador y cayó preso, y fue rescatado gracias al dinero de su familia y razón por lo que marchó a Jamaica, siguiendo aparentemente los pasos del libertador al que posteriormente llegó a conocer de donde forjó una amistad que traería los frutos de su vida política más adelante. A su regreso era reconocido en su región como notable insurgente, lo cual contrastaba más con los principios de su familia. Con la total gestación de la independencia, finalmente nace nuestra república y vendrán los problemas respecto de su orientación y organización. Para esta época Arboleda está regresando de Londres en donde llevó a cabo sus estudios de bachillerato, dispuesto a ponerse al servicio de su patria como militar e iniciar sus estudios universitarios. Surgirá entonces la enfermedad de Bolívar y junto con ella la ambición de Santander que dividiría a los próceres en dos bandos: Bolivarianos por una república unitaria y Santanderistas por la federación. Mosquera sin abandonar los principios del libertador vence en la batalla de los supremos y Obando comandante de los santanderistas no le queda más que huir. Esto procuró su camino a la presidencia con apoyo de los bolivarianos que se hacían llamar conservadores. Este hecho en relación con su vida íntima familiar puede llevarnos a pensar que a lo menos con su carrera militar e inicios de la política estaba reivindicando las rebeldías de su vida. Sin embargo, Mosquera nunca pudo reconocer los principios con que pretendieron formarlo y más adelante veremos cuando da el golpe de gracia al rompimiento con su familia y por consiguiente inicia la chispa en su sobrino, que facilitará sus personalidades encontradas, encajando a la perfección con Álvaro y Gonzalo de Oyón. La vida política de Mosquera tiene un factor determinante, un cambio de rumbo en sus ideas, que lo hace quedar ubicado en los liberales y no en los conservadores con los que se inició. Ese cambio de rumbo está marcado por el que nos parece también, una de las preocupaciones de Arboleda, y el factor determinante para desprenderse totalmente de los principios de su familia, eso fue; la religión. Ahora, ubiquémonos en la familia Mosquera, y en sus principios, para posteriormente dar una mirada alrededor de lo que Mosquera nunca le simpatizó. La familia Mosquera y por supuesto también la de los Arboleda, tienen la oportunidad de ser, como dicho reiterativamente, una de las familias más notables de Popayán y más cultas. Si comparamos a las demás regiones del país con Popayán, es fácil asimilar porque los payaneses veían lo que se hacía con el país en las luchas de independencia, con malos ojos. Estas familias ostentando una educación con la que sobresalían incluso en Europa, no eran sugestionables de las políticas pasionarias con las que se proponía orientar el país, pues ante ellos los próceres militares de la independencia eran personas que no tenían verdaderamente un nivel de cultura adecuado para poner en marcha un país. Es así, como se hacen adalides de una insignia que requiere ser explicada para que no sea mal entendida como comúnmente lo es. Esa insignia era “causa española”. Con defender la causa española no se pretende pregonar el retorno del poder de España, pues no se cuestionaba el hecho de la independencia como lo marca claramente Arboleda en el poema. Lo que se pretende es defender las tradiciones y buenas costumbres adquiridas por los payaneses gracias a los españoles, por las cuales poseían esa cultura que mostrar y que los destacaba y hacía sobresalir notablemente en las cuestiones políticas, por el amplio conocimiento que tenían de esa materia y de las ciencias, y de las bellas artes en general, que destacaban su poesía y oratoria. Por esa razón la posición de los payaneses se fundamenta en no traicionar esos principios que los formaron y que son los que augurarían un mejor porvenir a la nación. Es esto lo que Arboleda comunica personificándose como Gonzalo en el poema, y es lo que propone a su hermano Álvaro (a Mosquera), el cual los había abandonado e invita a recibir la bendición de la madre. Lo que ahí trata de decirle se puede interpretar de dos maneras: la razón exterior y la razón interior. La exterior es invitarlo a la concordia, a la reivindicación para hacer el futuro de esa tierra que aman y que tienen en común además de la familia. La interior es la razón por la que Mosquera rompe definitivamente con su familia, incluso con sus primeros copartidarios (conservadores o bolivarianos), la cual, es la razón sobre la que descansan todas las virtudes del pueblo payanes, la religión católica. Para los principios de Arboleda al igual que los de la familia Mosquera, la religión cumple un papel trascendental, pues es la que une la voluntad del pueblo, la que lo educa y los hace hombres, verdaderos hombres, que realmente sirvan a la patria. Era pues para ellos la religión una pieza fundamental para la orientación de la república, y esto es con lo que Mosquera rompe intempestivamente. En su primera presidencia Mosquera realiza políticas que expanden el comercio al campo internacional, con lo cual muestra una cara amable a las familias payanesas ya que estas eran las más beneficiadas además de él con el comercio abierto con Inglaterra, dadas sus grandes extensiones de tierra y el énfasis en el individualismo económico. Sin embargo, lanza un agravio directo a esa región y a sus familiares cuando con la ley del 25 de abril de 1845 declaraba a los funcionarios, corporaciones y empleados eclesiásticos, responsables ante la ley por funciones eclesiásticas que les fueran atribuidas por el Congreso, también propuso una ley contra la inmovilidad de los censos, y enunció el principio: Tierra para los que la trabajan, y renta para los que no están destinados a producción. Otro proyecto establecía la conversión en deuda pública de los bienes de la Iglesia y las comunidades religiosas, lo mismo que los bienes de los colegios y los establecimientos de beneficencia. Estas medidas se profundizarán en sus gobiernos posteriores y acentuarán el problema religioso como punto de ruptura entre liberales y conservadores8. A estas alturas estando ya inmersos en el trasfondo, en la intimidad del problema, y conociendo claramente la postura que asumían los payaneses por consiguiente, la familia de Mosquera y la de Arboleda, tratemos de indagar en la personalidad de Mosquera, tratando de ubicar que lo movió a ser como Dios lo hizo. Muchas de las manifestaciones de la personalidad de Mosquera no son más que eso, su propia personalidad. Después de agotar muchas fuentes de investigación, ninguna a nuestro parecer proporciona una causa por la cual Mosquera cambiara de partido, todo indica a su alianza con los liberales porque los conservadores se alejan en función de sus políticas contra la iglesia. Sin embargo, es muy probable que su alianza con los generales liberales renaciera, o dicho de otra manera, nunca murió, viviendo desde una perspectiva que hace a todos los próceres de la independencia tener algo en común, no solo los colombianos, sino de toda América, incluyendo América del Norte al igual que sus inspiradores franceses, la confraternidad de la Masonería. Decidimos intentar sacar de la oscuridad muy llanamente este tema, a modo de crítica al estudio de la historia, pues nada mencionan de este extraño culto o práctica los libros de historia, siendo uno de los factores determinantes en la personalidad de todos los patriotas que lucharon por la liberación del nuevo continente. Poco es lo que sabemos de la Masonería, no obstante si sabemos que la existencia de esta asociación ha sido bastante polémica, por su carácter secreto, por sus fundamentos ideológicos, por su significativa ingerencia en la política, y por las pugnas con la Iglesia Católica. Tomás Cipriano de Mosquera fue uno más de los próceres de la historia patria y de América que perteneció a la Masonería9. Si nuestro propósito es desentrañar lo más íntimo de los personajes de nuestra historia, juega entonces la Masonería un papel importante y más si con lo poco que sabemos de ella nos situamos en la posición católica, pues siendo la religión uno de los principales motores de los enfrentamientos del siglo XIX encontramos a Mosquera en una posición opuesta a la de su familia, y por consiguiente a la de su sobrino, fervoroso católico. El mismo Arboleda nos muestra lo contradictorio de la personalidad de su tío y desentraña su comportamiento frente a la religión: “Y no reprime su ánimo guerrero Santo temor de Dios: nació cristiano; Luego cayó del turco prisionero, Y acompañó en su rito al mahometano; Tornó después a España aventurero, Y dio al desprecio el culto del pagano. Es tráfico su fe; la conveniencia Arregla su conducta y su conciencia.” Decíamos de Mosquera que quizá su alianza con los liberales renació o nunca murió. En concordancia con lo anterior decimos por tanto que quizá nunca murió, teniendo en cuenta que si pudo la Masonería provocar un abrazo entre Pablo Murillo y Simón Bolívar, por qué no podría Mosquera reivindicarse con los generales, entre ellos Obando, como realmente sucedió. Es por esta razón que podríamos afirmar que las posiciones encontradas entre Mosquera y Arboleda, por consiguiente de Popayán contra las luchas de independencia, están enmarcadas de razones mucho más profundas que no se deducen de las meras razones políticas exteriores del conflicto, y que requieren de un estudio más cuidadoso para no caer en malas interpretaciones como siempre suele suceder. Si miramos desde este punto de vista el pensamiento de Arboleda podemos claramente observar porque su pensamiento miraba a la educación como pilar esencial para el progreso de la naciente república y porque la religión era tan importante para él. Pues solo con un pueblo culto se minaban las contradicciones, ya que crecía la razón y se aminoraba la pasión. Y por ser la Iglesia la que cumple esa trascendental misión que es educar, es ella la que crea la unidad de pensamiento que orienta a los hombres a un mismo fin, el progreso. Es por ello y todo lo anterior por lo que Arboleda busca con su poema la concordia con su tío, y se hace épico en cuanto pretende, gracias a ella formar un pueblo prospero y en paz, tal cual como Gonzalo y Álvaro dispusieron. Bibliografía: Biblioteca Virtual Luís Ángel Arango Orjuela Héctor H. última edición Gonzalo de Oyón de Julio Arboleda Arboleda Sergio, Las Letras, las Ciencias y las Bellas Artes en Colombia. Antehistoria. Com Sierra Martha Janet. Los masones en los libros y en la historia de Colombia. Directora de la sección de libros raros y manuscritos de la Biblioteca Luís Ángel Arango.