“NOTAS DE VIAJE, (Salvador Camacho Roldan)”
Por Viviana Estefanía Cangrejo Torres
Salvador Camacho Roldán es una las figuras clave en la fundación del pensamiento sociológico, el desarrollo del análisis económico, la idea de programa material y la organización moderna del Estado nacional en Colombia.
Igualmente, este personaje sobresalió como abogado en 1847 y al comenzar al momento su carrera pública como juez de rentas. En 1860, cuando apenas cumplía 33 ya había sido gobernador de Panamá, representante y senador por Casanare en el senado.
Además asistió a la famosa Convención de Rionegro de 1863, ejerció el poder ejecutivo por ausencia del presidente Gutiérrez en diciembre de 1868, la Secretaría de Hacienda en el gobierno de Eustorgio Salgar, y a mediados del 71 su nombre fue postulado para la presidencia de la República.
Alrededor del año 1860 fue también el período en el que Camacho comenzó a publicar sus primeros artículos sobre asuntos políticos y económicos. Su punto de partida eran las relaciones entre economía, sociedad y política, esto es, el estudio de las consecuencias sociales de toda acción económica.
Es así como sobresalen estas características en una de sus mas celebres e importantes obras, la cual lleva por titulo “notas de viaje”.
Notas de Viaje, consta de 43 capítulos, y a su vez cada uno comprende una serie de las anécdotas e historias de los viajes de una celebre figura de nuestra historia, el señor Salvador Camacho Roldan, quien a través de este libro hace una minuciosa y extraordinaria descripción de las diversas ideas de comunicación entre Bogotá y lugares como el rió Magdalena, de las diversas vías de transito y comunicación en varios lugares de Colombia, los estados de las poblaciones a lo largo de las vías, sus divisiones naturales y ciudades principales, la navegación por vapor, el ferrocarril y el canal interoceánico, entre otras.
En el capitulo primero, encontramos como primera medida el relato de un viajo de Bogotá a Honda, donde nos cuentan como alrededor del año 1836 no existían ni coches, ni carros en la sabana; pequeños caballos de trote o mulas eran los únicos vehículos entonces usados. Es pertinente destacar el hecho de que a principios del siglo XIX la ciudad disponía de los mismos caminos de comunicación externa de comienzos de la Colonia pero ahora sostenidos, malamente, por peajes.
El de mayor importancia, por ser el único que realmente conectaba a Bogotá con el mundo exterior, era el de Honda, ya que este puerto estaba sobre el río Magdalena, que era, a su vez, la única vía de comunicación con el mar y por lo tanto con el resto del mundo. Disponía también la capital del camino a Neiva, que pasaba por La Mesa; del camino a Vélez, que pasaba por Zipaquirá, y del camino a Tunja, que pasaba por Chocontá. Así mismo la calle se limitaba a un fangal profundo, lleno de hoyos peligrosos en tiempo de invierno.
De la misma manera, en 1826 el señor Juan Bernardo Elbers traia los primeros vapores para navegar en el magdalena.
Escribía entonces Salvador Camacho Roldán en sus Memorias que esta obra, unida a la bonanza tabacalera, contribuyó poderosamente al alza notable de los salarios en la Sabana de Bogotá y la zona central del país. Igualmente estimuló la primera empresa de transporte colectivo intermunicipal con cinco carruajes importados, servicio que se perfeccionó en 1854 con cuatro carretas parisienses.
Por el paso de la lectura de esta primera parte el libro empieza a tornarse sumamente interesante para el lector ya que al tocar aspectos como los descritos anteriormente, entra también a relatar acontecimiento simultáneos, siendo estos políticos, nombra a personajes como Rafael Pombo, El General Mosquera, quienes son importantísimos en el desarrollo de la historia de Colombia.
Los siguientes capítulos siguen tornándose igual o mas interesantes que el primero, con aparición de nuevas fechas relevantes, nuevos personajes en este desarrollo y nuevos panoramas que nos reflejan la vivencia del autor en cada uno de estos viajes.
Sin embargo un capitulo que me parece importante hacer extensión en su exposición, debido a su influencia en nuestro país, es el numero veintidós titulado: “el ferrocarril y el canal interoceánico”.
En este capitulo se nos describen los costos de la construcción del ferrocarril, su productos, su progreso realizado con el camino de hierro, el porvenir ferrocarril y del canal, el instrumentaje empleado para la excavación, la actitud hostil del gobierno americano entre muchos otras mas.
El señor Camacho cuenta que la primera de estas obras fue construida, no tanto con el objeto de dar paso al comercio general entre los dos mares, sino su objeto principal fue el transporte de los pasajeros cuyo destino era California en los primeros momentos de furor despertado a causa de los aluviones auríferos.
Sin embargo, a pesar de toda su carrera de prosperidad, la empresa se creyó en perdida en 1870 cuando con la inauguración del primer ferrocarril al Pacifico en los Estados Unidos y el establecimiento de una línea de vapores a través del estrecho de Magallanes.
No obstante como se sabe el canal interoceánico y la construcción de ferrocarril significaron un gran avance para el desarrollo cultural, político social de nuestro país. Siendo unas de las realizaciones que más han marcado la historia, por ser el canal la primera negociación e intervención americana en Colombia, de igual manera contada de manera diferente por el Salvador Camacho mostrándonos toda una transformación y evolución única de los hechos importantes que marcaron y marcaran nuestra historia.